ABC (1ª Edición)

Calviño y Montero se refuerzan frente a Yolanda Díaz

► La decisión es clave en un momento en el que van a empezar a llegar los fondos europeos y se van a redactar los Presupuest­os de 2022

- JAVIER GONZÁLEZ NAVARRO

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no solo no ha tocado a su equipo económico en la reestructu­ración del Ejecutivo, sino que le ha reforzado ante el pulso permanente de Unidas Podemos en el seno de la coalición y con el horizonte puesto en la llegada de los fondos europeos y en la confección de los Presupuest­os de 2022.

También hay que subrayar la confirmaci­ón que ha recibido el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, a pesar de sus recientes deslices, lo que también le coloca en buena posición ante la reforma de las pensiones que se avecina.

Ese apoyo es más evidente en la persona de Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y, desde hoy, vicepresid­enta primera del Gobierno. Cuando se fue Pablo Iglesias y dejó vacante la vicepresid­encia segunda, Sánchez ya lanzó un primer mensaje a su socio de coalición al colocar en ese puesto a Calviño, entonces vicepresid­enta tercera, cuando la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pensaba que iba a ocupar el puesto de su líder. La salida de Iglesias y el ascenso de Calviño ya marcó un antes y un después en el Gobierno PSOE-Unidas Podemos.

La decisión de Sánchez responde al objetivo prioritari­o del Gobierno, que no es otro que la recuperaci­ón económica. Calviño sabe manejarse muy bien en Bruselas y, además, en el seno del Ejecutivo hace de contrapeso a las iniciativa­s de Unidas Podemos.

El último enfrentami­ento fue recienteme­nte a cuenta de la pretendida subida del salario mínimo (SMI) por parte de Yolanda Díaz quien, sabedora de la oposición de Calviño, habló directamen­te con Sánchez. No le salió bien la jugada, ya que el presidente del Ejecutivo insistió en que lo fundamenta­l ahora es la creación de empleo, aunque públicamen­te niegue que el aumento del SMI destruya puestos de trabajo, tal y como han subrayado varios organismos, entre ellos, el Banco de España.

El mismo razonamien­to, el de fomentar el empleo, es el que esgrime una y otra vez Calviño ante Yolanda Díaz y sus aliados, los sindicatos, cuando le plantean la derogación de la reforma laboral. La ahora vicepresid­enta primera, de quien sus más próximos afirman que está bastante cansada de las discusione­s con sus socios de coalición, insiste en que llevar a cabo ahora ese medida sería poner palos en la rueda de la recuperaci­ón económica. Y con el agravante de que Bruselas no vería bien los cambios tan drásticos que plantea Díaz.

En otro tema, el de la enésima prórroga de los ERTE (Expediente­s de Regulación de Empleo), sí que ganaron las tesis de la ministra de Trabajo y de los sindicatos frente a los ministros socialista­s, ya que estos querían introducir determinad­as modificaci­ones en el acuerdo para fomentar la reincorpor­ación de los empleados a sus puestos de trabajo, pero se impuso la propuesta de favorecer más a las personas que aún están en esa situación.

Con el nombramien­to como vicepresid­enta primera, Calviño se consolida como máxima responsabl­e de la recepción de los 140.000 millones de euros que recibirá España en los próximos años de los fondos europeos. Este mismo año llegarán 19.000 millones, aunque estaban presupuest­ados unos 27.000.

De hecho, los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) darán mañana luz verde al plan de reformas e inversione­s presentado por el Gobierno para acceder al fondo de la UE, lo que en la práctica supone desbloquea­r el pago de los primeros 9.000 millones de euros, que deberían llegar este mismo mes. En este asunto, vital para nuestro país, Calviño contará con la colaboraci­ón de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la que han quitado la ‘mochila’ de la portavocía del Gobierno.

Hoja de ruta

Ambas deben diseñar los nuevos Presupuest­os para 2022, cuya maquinaria ya se ha puesto en marcha hace pocos días. El Gobierno fía el equilibrio de las cuentas públicas al ciclo económico –crecimient­o del PIB en un 6,5% este año y un 7% en 2022–, a las ayudas europeas y a la recaudació­n de impuestos, aunque Sánchez ha descartado que estos Presupuest­os incluyan una reforma fiscal.

Además de cumplir con los objetivos de reducir la deuda pública (hasta el 115,1%) y el déficit público (al 5%) en 2022, Montero tiene el difícil papel de sumar los apoyos de los socios parlamenta­rios, para lo cual tendrá que asumir concesione­s para enfado de la oposición.

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// EFE Nadia Calviño, en un acto en la Comisión Europea
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