Sánchez engaña hasta a Sánchez
Mucho más interesante que fijarse en los elegidos es hacerlo en los nombres que no aparecen en la lista que el presi ha arrojado a la opinión pública
SÁNCHEZ Jekyll ha arrojado al barranco a Sánchez Hyde. O sea , el presidente se ha deshecho de su jefe de Gabinete –a la sazón, Iván ‘Godoy’ Redondo– y de buena parte de su Gobierno– para salvar al presidente. Vamos, a él mismo. Ahora que a pesar de todo el rifirrafe armado por los cambios de carteras ministeriales –con sorpresas ‘kinder’ incluidas–, mucho más interesante es clavar los ojos en los nombres que no aparecen precisamente en el listado que Sánchez ha puesto a disposición de la opinión pública para que nos fijemos en el dedo en lugar de la Luna. Ninguno de los que ahí aparecen pinta nada. Unos, nada; otros, nada de nada.
La cocina se hace en la rebotica donde algunos ya deducen que los ‘Barroso boys’ se trajinan las perolas para llenar la hucha de aquí a final de legislatura. Por cierto, ya que estamos, igual Barroso –de nombre Miguel, quien fuera el primer secretario de Estado de Comunicación del Gobierno de Rodríguez Zapatero y, desde marzo, en Prisa–, además de explicarnos quién es el nuevo secretario de Estado de Comunicacion –a saber, Francesc Vallés, militante del PSC y que fue el jefe de campaña de Carmen Chacón para el 38º Congreso Federal del PSOE y, a más, entre otras cargos, amigo personal de su nuevo jefe, Óscar López– nos puede explicar si Cuba es una dictadura, pues digo yo que de algo le habrá servido su larga estancia en La Habana como director de Nuevos Proyectos del gigante WPP. Y de paso que se lo explique a la vicepresidenta ‘podemita’ de Trabajo, Yolanda Díaz, que recuerda estos días que en su casa le han enseñado que «el comunismo es democracia e igualdad». Pues nada ministra, a lo suyo.
El caso es que el resiliente de La Moncloa ya tiene los cubiletes preparados para, a la vuelta del verano, hacerle el trile a las empresas y embaucarlas en mil y un proyectos pidiendo unos dineros que aún tardarán meses en llegar y solo bajo la estricta mirada de Bruselas. Nada de 140.000 millones ya. Gota a gota y fiscalización extrema. Y lo de los recientes 9.000 millones... veremos. Algunos intermediarios y empresarios auguran que a pesar de la euforia sanchista no llegarán hasta mínimo Navidad y, además, supeditado a un plan de control hiperestricto. De momento, se desbloquean, sí. Pero en los bolsillos... cuando cumplamos con nuestras obligaciones. Eso cuentan desde Europa. Que los frugales tontos no son. Bueno, ni los frugales ni los no frugales. ¡Ah!, y si los fondos no llegan no pasa nada. Seguro que los amigos asesores de Zapatero pueden hacer una consultoría de infarto y explicárnoslo a todos los españoles, que de eso, me dicen acá y acullá, saben mucho y tienen sobrada experiencia. Y, por supuesto, que pasarían la factura, con cargo al erario público. Que los trabajos, dirán, hay que pagarlos.