Messi sigue en el Barça por la mitad
► La rebaja en la ficha y su compromiso por cinco años, aunque a partir del tercero se marche a la MLS, permiten sortear el límite salarial impuesto por LaLiga
Leo Messi y el Barcelona han alcanzado un principio de acuerdo que deberá ser ratificado por los abogados del futbolista y aceptado por LaLiga, y si no surge ningún contratiempo, podría oficializarse este mismo jueves. Para ello ha prevalecido el deseo del futbolista de continuar en el club catalán a pesar de que éste no podía mantener su nivel salarial. El propio jugador ya aseguró el pasado invierno que su vínculo no dependía de una cuestión pecuniaria sino de un proyecto deportivo que le permitiera seguir aspirando a ganar títulos tras unas temporadas sonrojantes, sobre todo en Europa. El argentino ya constató el estrés que le generó a nivel familiar su intención de marcharse el año pasado, cuando exigió su libertad a través de un burofax a Josep Maria Bartomeu. Con 34 años cumplidos y todos los títulos posibles individuales y a nivel de club, a los que la semana pasada sumó la Copa América, soltando la pesada mochila que le lastraba a nivel de selección, ha encontrado en el relevo presidencial del Barcelona el estímulo que necesitaba para seguir.
Todas las trabas para que Messi pudiera seguir en el Barcelona, una vez caducó su vínculo con la entidad azulgrana este pasado 30 de junio, eran puramente económicas y fiscales. Su sueldo quedaba fuera del alcance del club catalán. «Hoy tenemos la masa salarial a un 110 por ciento de los ingresos previstos», avisaba recientemente Joan Laporta, explicando que los salarios deportivos y las amortizaciones anuales rondaban los 650 millones de euros, una cifra superior a lo que se espera de ingresos este curso. Y el presidente tenía marcado como objetivo rebajar este gasto y conseguir nuevos patrocinadores: «La masa salarial se tiene que ajustar y se tiene que trabajar en esta dirección; es otra situación en la que tenemos que tomar decisiones para cumplir con el fair play financiero». Cabe recordar que el fair play financiero de la UEFA recomienda no superar nunca el 70 por ciento de los ingresos.
Según este principio de acuerdo, si no se producen tachaduras en el boceto, Messi se comprometerá con el Barcelona para las próximas cinco temporadas y se rebajará el sueldo a la mitad. Es decir, que pasará a cobrar unos 50 millones de euros anuales. Además, percibirá un incentivo de fidelidad por renovar el contrato. Todos estos factores permitirán cumplir con las pretensiones económicas del futbolista y no gravar en demasía la maltrecha economía del club azulgrana.
Las dudas fiscales
Tanto desde el entorno del futbolista como por parte del club se reconoce la escasa probabilidad de que el argentino cumpla la totalidad del contrato. De hecho, parece bastante claro que, dentro de dos temporadas, Messi ponga rumbo a Estados Unidos para acabar su carrera en la MLS, algo que siempre ha manifestado que le haría ilusión. Durante esos tres años actuaría como embajador del Barcelona. Este ha sido otro de los caballos de batalla de la negociación, ya que los abogados del rosarino han tenido que solventar todas las dudas fiscales sobre cómo tributar las cantidades que percibiría de la entidad catalana al ser un no residente. Hay que recordar que en 2017, el atacante fue condenado a 21 meses de cárcel por tres delitos de fraude fiscal contra la Agencia Tributaria. No se puede permitir ningún desliz en este aspecto.
El principio de acuerdo entre el padre del astro argentino y el Barcelona, desvelado por ‘L’Esportiu’ y confirmado por ABC, se cerró el pasado lunes. Todo está preparado para oficializarlo en cuanto se solventen los habituales flecos burocráticos de toda negociación. Según fuentes que conocen de primera mano el acuerdo entre las partes, LaLiga ya estaría al tanto de las condiciones del trato entre Messi y el Barça y el organismo que preside
Javier Tebas habría dado luz verde a expensas de que el club azulgrana consiga seguir rebajando su masa salarial. No obstante, el Barcelona espera la confirmación definitiva de la patronal. Mientras tanto, Javier Tebas continúa mostrándose inflexible públicamente a otorgar un trato de favor al Barcelona tras las conversaciones mantenidas con Joan Laporta, en las que el presidente azulgrana le expuso la evolución del club, tanto en las conversaciones con el argentino, como en el progreso en el ajuste de la masa salarial. «¿Vista gorda con el tema Messi?: No, no la haré, es imposible, aquí hay muchos trabajadores y también en el control económico. Esto es un derecho que tienen los clubes, y hay que salvaguardar la integridad de LaLiga», insistía ayer el presidente de la patronal en el canal de Youtube del asesor fiscal Ramón Álvarez de Mon.
Por todo ello, el Barcelona sigue obligado a rebajar su masa salarial para poder hacer hueco al argentino y poder inscribir a los cuatro fichajes que ha realizado hasta el momento (Agüero, Éric García, Memphis Depay y Emerson Royal). De momento las bajas que ha logrado con las ventas de Todibo, Konrad, Junior Firpo y Aleñá; la cesión de Trincao y la rescisión de contrato de Matheus, no son suficientes para aligerar en 200 millones de euros el dinero destinado a nóminas del primer equipo. Desde la directiva azulgrana tienen claro que las siguientes salidas deben ser las de Coutinho, Pjanic, Umtiti y Griezmann (entre los cuatro ganan 90 millones de euros cada temporada), además de acordar una rebaja salarial con Sergio Busquets, Jordi Alba, Gerard Piqué y Sergi Roberto (que suman otros 80 millones de euros anuales en ficha).