Vandalismo
En España tenemos un problema con las pintadas. No hablo de murales artísticos o grafitis, que pueden ser interesantes y atractivos cuando están realizados en lugares autorizados y están hechos por manos expertas. Hablo de una costumbre vandálica: la del ‘tagging’, las pintadas, firmas y garabatos que emborronan fachadas, puertas, ventanas, mobiliario urbano, autopistas, vehículos, trenes, furgonetas, y cualquier superficie vertical (incluso en espacios naturales y en los monumentos artísticos). Un vandalismo que ocasiona un enorme daño estético, económico y ecológico (se trata de pinturas sintéticas dañinas para el medio ambiente). Pero, lamentablemente, los poderes públicos no hacen nada para solucionar este problema. Es preciso introducir la educación cívica en los colegios. El grafiti y el botellón no pueden ser alternativas para el ocio juvenil.
Es necesario crear leyes contra el vandalismo, aplicar sanciones que puedan pagar los infractores (de nada sirven multas muy elevadas que luego no pueden pagar), trabajos de limpieza sustitutorios (que limpien lo que ensucian) y tareas en beneficio de la colectividad.
Ya es hora de que los gobernantes comiencen a tomar interés por este problema. Simplemente, que los alcaldes pudieran dar instrucciones a la policía municipal para poder actuar sería un gran paso. Tendríamos un país más bello y civilizado.
CARLOS OSORIO GARCÍA DE OTEYZA MADRID