Todo, pero todo, todo, por la «matria»

La ministra de Trabajo, rodeada de ministros socialistas no precisamente amistosos con sus planteamientos, quiere arrimarse a Félix Bolaños como su valedor frente a agresiones –políticas, entiéndase– externas. Pero tampoco se ayuda demasiado a sí misma. Su doble papel de ministra y dirigente de Podemos le obliga a extravagancias ridículas como plantear que deje de hablarse de «patria» y se hable de «matria». Es un punto de vista, como todos, todas y todes. Pero con gansadas así, poco va a poder hacer Bolaños por ella.