Se reanuda el juicio a Zuma tras los graves disturbios en el país
El juicio contra el expresidente sudafricano Jacob Zuma se reanudará hoy después de varios días de disturbios que han dejado más de 200 muertos en todo el país, en un procedimiento que se reanudará de manera virtual a las 10.00, misma hora en España, según un comunicado de la Autoridad Nacional de la Fiscalía.
El expresidente tendrá que responder ante el tribunal de Pietermaritzburgo de 16 cargos de fraude, corrupción y chantaje relacionados con la compra, en 1999 y cuando desempeñaba el cargo de vicepresidente, de equipamiento militar a cinco empresas europeas de armamento. Concretamente se le acusa de embolsarse más de cuatro millones de rands (235.000 euros), en particular del grupo francés Thales, que fue una de las empresas adjudicatarias del contrato, valorado en 2.800 millones de euros. El gigante francés también está siendo procesado por corrupción y lavado de dinero. Zuma, como Thales, siempre ha negado las acusaciones.
Zuma sigue en prisión después de negarse a comparecer ante un panel judicial que investiga sus actos de corrupción durante su estancia en el poder. Su estancia en la cárcel provocó fuertes protestas de sus seguidores en los estados de KwaZulu-Natal y Gauteng, que dejaron más de 200 fallecidos y casi 1.700 detenidos.
Entre tanto el actual presidente, Cyril Ramaphosa, asistió ayer a tareas de limpieza tras los actos de violencia registrados en los últimos días en el país, mientras su Gobierno advirtió contra los responsables de instigar las tensiones raciales, informa Afp.
Los apoyos del antiguo jefe del Estado, Jacob Zuma, fueron acusados de haber instigado el caos de estos últimos días, que Ramaphosa calificó de tentativa orquestada de desestabilizar el país. El presidente de 68 años, con chaqueta de cuero con los colores negro, verde y amarillo del CNA (Congreso Nacional Africano, el partido en el poder) y mascarilla negra, visitó un centro comercial saqueado en Soweto, el inmenso suburbio cerca de Johannesburgo, para constatar los destrozos y apoyar a unos comerciantes que, en muchos casos, lo perdieron todo.