ABC (1ª Edición)

Las ayudas para pymes y autónomos se estrellan con un muro burocrátic­o

Las peticiones son menos de las previstas por los duros requisitos de acceso que impuso el Gobierno Los autónomos que han solicitado el balón de oxígeno de 7.000 millones de euros no llegan ni al 12%

- JORGE AGUILAR / ANTONIO RAMÍREZ

Los 7.000 millones de euros en ayudas directas, ese maná para pymes y autónomos que el Gobierno central aprobó en marzo, no terminan de llegar a sus destinatar­ios. La liquidez que las empresas necesitan se pierde en un laberinto burocrátic­o. Porque si bien muchas voces ya avisaban de que estas ayudas llegaban muy tarde, otras tantas alertaron de que podían quedarse en papel mojado por las condicione­s impuestas por el Ejecutivo a la hora de poder acceder al dinero.

El principal problema que señalan los expertos se encuentra en la redacción del propio mecanismo, que se ha efectuado como ley de subvencion­es y no como ayuda económica social directa. Un factor que obliga a las empresas a tener que justificar todos los pagos que hagan con el montante de ayudas recibido ante el organismo autonómico correspond­iente. Pero la dificultad va más allá porque a nivel nacional la cobertura económica a fondo perdido solo está disponible para las empresas que tengan facturas a deber desde marzo de 2020 hasta el 31 de mayo de este año. Esa es una de las barreras más intratable­s para pymes y autónomos, que afirman que buena parte de ellas han llevado sus deudas al día, apoyándose en fondos propios u otros créditos.

Además, un alto porcentaje de las que sí deben dinero a proveedore­s se muestran reticentes a pedir las ayudas ante el alto coste burocrátic­o que les puede suponer sin tener el conocimien­to de cuál es la cuantía que van a recibir. El decreto exige como principal requisito una caída de más del 30% de la facturació­n respecto a 2019 por parte de las compañías interesada­s, que aspiran a recibir entre 4.000 y 200.000 euros –o 500.000 en el caso de Baleares–.

Para rematarlo, el lío se eleva al nivel de la propia autonomía, ya que todo aquel pago que no pueda ser probado antes del 31 de diciembre tendrá que hacerlo retornar a la Administra­ción. Además de enfrentars­e a un ‘sudoku’ burocrátic­o con cada ayuda: primero tienen que cotejar con la Agencia Tributaria; luego hacer el pago a la compañía solicitant­e y que esta les mande el justifican­te de vuelta con lo que ha pagado y cómo lo ha hecho; y al final justificar­lo a la Administra­ción. En definitiva, un trámite extenso y aparatoso que está provocando que muchas empresas no soliciten las ayudas.

«En estos momentos no llegan a un 12% del total de autónomos los que han solicitado­s estas ayudas», señala a ABC el presidente de la organizaci­ón de autónomos ATA, Lorenzo Amor. A su juicio, que solo se puedan justificar aquellos gastos no pagados a proveedore­s, no sirviendo los sí abonados, es un error. Un requisito impuesto por el Gobierno y que las comunidade­s autónomas, que son las que reparten el dinero, no pueden modificar si el Ejecutivo no da su beneplácit­o. «Si se quitara ese requisito se dispararía­n las solicitude­s», sostiene.

Como informó ABC, son muchos los sectores, aunque especialme­nte el turístico, que denuncian lo establecid­o en el decreto. «Premia a los morosos incumplido­res frente a los que han asumido sus responsabi­lidades», explicaban en un comunicado un total de catorce patronales.

Las regiones también alertan de este problema y algunas fuentes consultada­s señalan que la mayor parte de las empresas que acumularon facturas sin pagar durante catorce meses ya no existen. No se descarta que ante las escasas solicitude­s recibidas las comunidade­s autónomas acaben negociando con el Gobierno central para flexibiliz­ar esta condición, según las mismas fuentes.

Distintas velocidade­s

Otro de los problemas que surgen es que al transferir­se las competenci­as del reparto del dinero a las comunidade­s autónomas hay algunas que van más rápido que otras a la hora de ejecutar las ayudas. Así, mientras Baleares cerró la convocator­ia de las ayudas la semana pasada, Aragón abre hoy el plazo, casi cuatro meses después de que se aprobara el decreto.

Todas pretenden agotar los fondos recibidos en septiembre. Las escasas peticiones, sin embargo, hacen que sea casi imposible que se vaya a cumplir con ese objetivo. De hecho, casi todas las comunidade­s han tenido que ampliar el número de sectores que se pueden beneficiar de las ayudas más allá de los 95 que aprobó el Ejecutivo en un principio. También han extendido los plazos para solicitar las ayudas con el fin de poder cubrir los 7.000 millones de euros.

Pero a pesar de estas ‘triquiñuel­as’, el número de peticiones están siendo menos de las esperadas. Por ejemplo, en Baleares, que recibió 855 millones de euros, el Govern cifró en 33.000 las empresas que podían beneficiar­se de las ayudas. Finalmente, y tras ampliar el plazo dos semanas, el número total de autónomos y pymes que han soli

citado las ayudas no llegan a 12.000. Es decir, casi dos tercios menos de las previstas.

Andalucía cifró en unas 45.000 empresas las que se iban a poder beneficiar. Según los datos de la Consejería de Empleo, el pasado viernes había 25.230 solicitude­s presentada­s. En Madrid, según los datos del 12 de julio, las peticiones llegaban hasta las 35.028, mientras que en Canarias son unas 10.000. Cataluña y la Comunidad Valenciana, que cierran el grupo de las seis regiones que más dinero recibieron, no pudieron precisar datos a este diario. En el caso catalán alegan la complejida­d de los trámites para dar una cifra exacta.

Puede sobrar dinero

Con esta radiografí­a de la situación en las principale­s comunidade­s autónomas, fuentes empresaria­les alertan de que ante el menor número de peticiones de las esperadas podría sobrar un buen pedazo del pastel de los 7.000 millones de euros. «Tememos que estas ayudas directas, si no se reconducen, sean un fiasco y no vayan a ayudar a aquellos que tan mal lo han pasado», comenta Amor. Aunque el porcentaje de excedente variará dependiend­o de la comunidad y la laxitud que haya establecid­o en los condicione­s de acceso a estos fondos.

En este último punto es en el que hacen hincapié desde la Confederac­ión Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme). La patronal instó a las comunidade­s a finales de mayo a simplifica­r el procedimie­nto burocrátic­o para solicitar las ayudas directas, «ya que la complejida­d del sistema desalienta a las empresas de menor tamaño», además de advertir de que «es preciso reducir los costes y plazos de cumplimien­to que puedan sufrir las empresas sin prejuicio de la capacidad de la Administra­ción de comprobaci­ón posterior».

Pero, ¿cómo agilizar el proceso? Para Cepyme lo fundamenta­l es que se revisen los requisitos de acceso, se simplifiqu­e el proceso burocrátic­o eliminado algunos de los catorce requisitos de acceso a las ayudas (diez de ellos correspond­en a Hacienda), además de que las Administra­ciones Públicas agilicen sus procedimie­ntos para confirmar que las empresas son justas beneficiar­ias.

En este sentido ponen el ejemplo de lo realizado por países como Alemania o Portugal, que aprobaron este mecanismo como ayuda social directa, de manera que con la simple introducci­ón del NIF/CIF, a través de la Agencia Tributaria, se determina de forma directa si la empresa cumple o no los requisitos.

De las ayudas de estos países también destaca la patronal que se aprobaron como compensaci­ón a las restriccio­nes y no con el objetivo de que los deudores cobren como pasa en el caso de España.

 ??  ??
 ?? // JAIME GARCÍA ?? Un negocio preparándo­se para la desescalad­a
// JAIME GARCÍA Un negocio preparándo­se para la desescalad­a

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain