España ya disfruta de la Villa Olímpica
▶ El grueso de la delegación aterrizó ayer con retrasos, más esperas e ilusión
Como primera anécdota, la mayor parte de la delegación española no olvidará el retraso del avión que los llevaba a Tokio, por culpa de sobrepeso y las altas temperaturas en Madrid, que obligó a los deportistas a esperar en el aeropuerto hasta las 23.30 horas de ayer para poder despegar rumbo a sus sueños olímpicos. Pero se les olvidó pronto, aterrizados ya a las 18.57 de la tarde hora local japonesa, y con todas las ganas dispuestas para pisar la Villa Olímpica, esa ciudad mágica en la que se reúnen las mayores estrellas del mundo del deporte, de cualquier deporte, de cualquier país. Un Disneylandia deportivo.
Será uno atípico, por supuesto, pues las estrictas medidas de seguridad para evitar contagios por coronavirus obligaron a más controles y esperas para entrar en el país. También, a la preceptiva prueba PCR. Una entrada escalonada, pues el viernes aterrizó una primera expedición de 130 deportistas, y ayer, el grueso, con 221 competidores, y también el presidente del Comité Olímpico Española, Alejandro Blanco. Algunos deportistas ya llevan unos días aclimatándose a las complejas condiciones de humedad y temperatura de Japón, como los piragüistas, que llegaron a principios de este mes.
A diferencia de otras ediciones, no se les permitirá moverse libremente por la ciudad de Tokio y las normas también los obligan a abandonar la Villa en los dos días posteriores a la finalización de sus competiciones.
A pesar de todas las medidas, el viernes se detectó el primer caso por Covid-19, afectado un miembro del personal de la Villa Olímpica, y ayer hubo dos casos entre los deportistas, dos futbolistas de Sudáfrica. Además, seis atletas británicos fueron puestos en cuarentena por cercanía con un contagiado en el avión que los trasladó a Japón.
Contratiempos y anécdotas que, sin embargo, no restan ni un ápice de ilusión en los elegidos para defender a España en estos 17 días de pasión deportiva.