Gresca entre Hamilton y Verstappen
▶ Saltaron chispas y el incidente llevó al neerlandés al hospital. Después se impuso el británico en su casa
Visitar Silverstone un día de carreras es asistir a un nuevo éxito de Lewis Hamilton, que suele subir a lo más alto del podio cada vez que corre en casa. Ocho victorias en el circuito inglés (siete con Mercedes y una con McLaren) así lo atestiguan. Aunque en esta ocasión, su triunfo estuvo rodeado de una enconada polémica entre Mercedes y Red Bull después de un incidente en la primera vuelta de este Gran Premio de Gran Bretaña. Una excelente salida de Verstappen, que conservó el primer puesto logrado el sábado, dio paso a una férrea lucha con Hamilton, peleando cada curva en paralelo y sin ceder un ápice. Así llegaron a la curva Copse. Un ligero toque entre ambos proyectó al Red Bull contra el muro de protección a más de 200 kilómetros por hora, con un impacto que los sensores del monoplaza estimaron en 51G. Bandera roja, monoplaza destrozado y temor por la salud del piloto.
Pudo salir Verstappen por su propio pie, pero visiblemente conmocionado. Y mientras se dirigía al hospital para descartar cualquier problema físico, se investigaba el incidente y las dos escuderías presionaban por radio a Michael Masi, director de carrera, para decantar la balanza de su lado. Mercedes pretendía desbaratar una sanción sobre Hamilton mientras que Red Bull aspiraba a entorpecer al británico para evitar que le recortara puntos en el Mundial. La decisión no era fácil, ya que parecía un lance de carrera en la disputa por la primera posición entre dos pilotos, que no cedieron en ningún momento. Los dos entraron pasados a la curva y ambos estaban lejos del vértice, por lo que el veredicto de los jueces era comprometido.
«Estaba por delante y estaba por dentro, él me ha cerrado», explicaba Hamilton por radio a su equipo, descargándose de culpa. Argumento del que se sirvió Mercedes posteriormente. «Dos no bailan si uno no quiere. Hay una norma que dice que si un neumático supera a la mitad del coche contra el que lucha, la posición es suya. Es lo que le he mandado a Michael Masi en el correo. Es una curva muy rápida y los dos se tendrían que haber contenido», justificó Toto Wolf, director ejecutivo de Mercedes.
Leclerc, líder 48 giros
Del incidente se aprovechó Charles Leclerc, que se colocó primero. La carrera se reanudó con una salida en parado cuarenta minutos después. Y al poco del reinició se conoció la sanción de dirección de carrera: diez segundos que el británico cumplió en su primera parada. 28 giros tuvieron que transcurrir para que se regularizara la clasificación entre pasos por el garaje y castigos cumplidos. Entró Hamilton en boxes para salir cuarto, por detrás de Norris, al que se merendó en un santiamén, y con Leclerc lejísimos. Se confió el monegasco y el Mercedes, como un tiro, empezó a recortar distancias con el Ferrari al ritmo de un segundo por vuelta. Las órdenes de Toto Wolf no se hicieron esperar y resonaron en los tímpanos de Valtteri Bottas, que dejó pasar sin rechistar a su compañero de box. A falta de dos giros se colocó primero, adelantando a Leclerc en la misma curva, la nueve, en la que tuvo el incidente con Verstappen.
Victoria 99 de Hamilton, que puso el Mundial en un pañuelo al colocarse a ocho puntos del líder Verstappen, que no sufrió heridas graves. «Le faltaba el aliento y tiene alguna magulladura», tranquilizaba Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, que se mostró muy molesto con el incidente: «Creo que Lewis lo ha hecho mal y la penalización es insignificante dado el impacto. Hemos tenido suerte que Max no se haya hecho daño. Tenemos mucho campeonato, pero hoy ha sido un mal día, parecía una maniobra desesperada por parte de Lewis. Los pilotos deberían saber que no se puede adelantar por el interior en Copse a esa velocidad».
Hamilton se defendió y se congratuló del recorte de puntos en el Mundial: «Max fue muy agresivo y yo iba a su lado. Él no me dio espacio. Tanto si estoy de acuerdo o no con mi sanción, sigo estando aquí», soltó mientras la grada le jaleaba. «Ver las celebraciones mientras aún estoy en el hospital es irrespetuoso y antideportivo, pero seguimos adelante. La penalización no nos ayuda y no hace justicia a la peligrosa maniobra que Lewis hizo en la pista»