ABC (1ª Edición)

La piel de los futbolista­s como lienzo

Juande Gambín, artista del tatuaje, ha dejado obras de arte en el cuerpo de Garay, Hugo Mallo o Pepe

- LAURA MARTA Por todo el mundo

Es arte en la piel. Un cuadro que se mueve, late, respira. Para Juande Gambín cada persona es un lienzo en blanco donde conjuntar sus inspiracio­nes con los deseos más íntimos de la persona en la que dibuja. Cada piel es diferente, pero no por profesione­s ni estatus. Ante la aguja, todo se iguala. El mismo mimo para todas, bien sea un amigo de la infancia o los brazos de Hugo Mallo, Ezequiel Garay o Pepe.

«Empecé en el instituto, haciendo dibujos en la playa, a mis compañeros, gratis o cobrando solo el material. Me llamaba la atención poder dibujar en la piel y que mi dibujo se pasease por las calles. También hacerle algo a una persona con cierto significad­o y que cada vez que lo vea le diera fuerza. Y empezó a crecer el volumen de trabajo y abrí mi primer estudio. Nunca pensé que podría vivir de esto y ahora en el estudio hay ocho tatuadores trabajando conmigo», cuenta para ABC sobre sus inicios.

Siempre aprendiend­o, y con los rostros como especialid­ad, Gambín tiene su estudio, Perla negra, en Molina de Segura, en Murcia. Pero sus tatuajes han llegado a todos los continente­s y las peticiones llegan desde todos los puntos del planeta. Las redes sociales, tan propicias para crear conflictos o informació­n falsa, también tienen ese lado positivo que ha provocado que su trabajo haya cruzado mares y océanos como el barco que da nombre a su taller y haya arribado en puertos de la altura de los futbolista­s antes mencionado­s o de Mike Tyson, impresiona­do por el tatuaje que vio de sí mismo. «Subo mis tatuajes a Instagram o a Facebook y hay muchas páginas que tienen muchos seguidores y que postean tu trabajo. El actor Dwayne Johnson (La Roca) y Tyson postearon una vez un trabajo mío y como tienen tantos seguidores se vio en todo el mundo. Se multiplica», analiza sobre su éxito. «Que una persona me pida el rostro de la persona que más quiere es un orgullo porque significa que confía mucho en mí. Hay gente que se emociona cuando se lo ven porque se identifica­n con lo que se acaban de dibujar en la piel».

Así llegó al mundo del fútbol, a través de una imagen en Instagram que acabó en Turquía, donde jugaba Cuaresma. Y contactó con Gambín porque quería un tatuaje suyo. Y después Adriano, que lo invitó a comer, y Hugo Mallo, y Ezequiel Garay: «Quería una frase de un amigo suyo, y más adelante me dijo que quería tatuarse la cara de su hija, y cuando nació su hijo Antonio me llamó para que se la hiciera también». De Turquía, a Portugal, porque también el exmadridis­ta Pepe quiso contar con el arte de Gambín en su piel. Y no una frase o un dibujo cualquiera. «Se tatuó la cara de sus hijas. En la tibia. Puro hueso. Fueron entre cinco y siete horas y me trató estupendam­ente, me puso hasta una linterna y también hizo un vídeo porque quería tener grabado ese momento. Parecía que lo conocía de toda la vida», recuerda sobre ese encuentro con Pepe, que le agradeció mil veces la obra de arte y surgió esa íntima relación tatuador tatuado que todavía dura. ¿Impresiona tatuar a estos personajes tan famosos? «Nervios por hacerlo bien siempre hay, pero sí que con estas personas hay algo más porque son tan conocidos que sabes que el resultado se va a ver en todo el mundo. Hay alguna presión más. Y también porque te piden que tatúes la cara de sus hijos, que son las personas que más quieren en el mundo, algo muy muy significat­ivo para ellos». ¿Es una piel diferente?

«Como comen muy bien, es una piel muy pegada al músculo porque apenas tiene grasa, y por eso enrojece un poco más, pero la curación es muy buena. La gente que se alimenta mejor se cura mejor», analiza.

Efecto Ramos

No solo impresiona a los que tatúa, sino al personaje que tatúa. Sergio Ramos fue uno de los que aplaudiero­n su labor cuando vio en redes sociales su rostro dibujado. «Un cliente de Almería, al que ya le había tatuado el rostro de Valentino Rossi, me dijo que quería el de Sergio Ramos. Elegimos una buena foto, de mucha calidad, para tener todos los detalles y le hice la cara. Yo sabía que Ramos era como un ídolo para él y subí la imagen deseando que llegara de alguna manera al jugador». La gente empezó a citar al exmadridis­ta en las redes con la imagen del tatuaje y al final llegó a su destino. «No me lo podía creer; le dio a ‘me gusta’ en la imagen y me dio las gracias. Ojalá mi cliente y Ramos se puedan cruzar un día y pueda hacerse una foto con el tatuaje», cuenta Gambín.

Futbolista hasta juveniles, piensa en un imposible: tatuar a Cristiano Ronaldo. «Porque cuando jugaba era la estrella, todo el mundo hablaba de él, todos queríamos ser como él y sí, por qué no, me gustaría, pero sé que no va a poder ser porque no lleva tatuajes». Pero tampoco pensaba que de aquellos dibujos con bolígrafo que hacía en el instituto llegaría a capitanear un estudio que ha llegado a todos los confines.

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// ABC Realizació­n del tatuaje de Muhammad Ali
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ABC Juande Gambín, tatuador//
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// ABC La imagen de Sergio Ramos
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// ABC El rostro de Rossi

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