La amortización y la alta ficha de Griezmann frenan el trueque con Saúl Ñíguez
Antoine Griezmann se pondrá hoy a las órdenes de Koeman, consciente de que el Barcelona necesita traspasarle para equilibrar su maltrecha economía, liberar masa salarial y hacerle hueco a Leo Messi. El francés se ha mostrado receptivo a las intenciones de Laporta, que valoraba un trueque con Saúl. Cansado de las críticas que ha emitido el Camp Nou, Griezmann ha recibido encantado el interés del Atlético de Madrid y el reencuentro con Simeone, aunque también ha exigido mantener su nivel salarial, al menos durante los tres próximos años, tal y como pactó con el Barcelona, negándose a una rebaja en su sueldo (son unos 17 millones de euros por curso).
Este es uno de los escollos para que fructifique la operación, ya que desde el Barça se niegan a pagar parte de la ficha del delantero (35 millones de euros anuales). La experiencia con Luis Suárez es el argumento en el que se apoya Joan Laporta para mostrarse inflexible con el Atlético de Madrid, por mucho que el club colchonero asegure que el sueldo está fuera de sus parámetros y que el delantero no es un objetivo prioritario. Éste no es el único impedimento para que fructifique el acuerdo. El Barcelona debería colocar a Grizmann por una cantidad que le permitiera enjugar la amortización pendiente (72 millones de euros) y el valor de Saúl está lejos de esta cantidad.
Además, LaLiga ya ha anunciado que estará muy pendiente de este tiempo de operaciones para que no se cometan fraudes. «En el mundo del fútbol todo puede pasar», aseguraba ayer Enrique Cerezo, aunque en el Barça ya contemplan la Premier como
destino probable.