ABC (1ª Edición)

Bruselas rechaza renegociar el pacto del Brexit sobre el Protocolo de Irlanda

►Londres afirma que los controles de los bienes que envía al Ulster pueden dejar a su provincia «desabastec­ida» ►La presión de los unionistas de Irlanda del Norte para eliminarlo­s ha creado «un clima político febril»

- ENRIQUE SERBETO CORRESPONS­AL EN BRUSELAS

La Comisión Europea rechazó ayer la petición británica de renegociar el capítulo del acuerdo de salida referente a Irlanda del Norte, que exige controles en el comercio de mercancías entre el Ulster y el resto del Reino Unido.

El comisario Sefcovic afirma que la UE puede examinar propuestas para buscar «soluciones creativas» a los problemas

Se daba por hecho que sería problemáti­co, pero no que los problemas estallasen tan pronto. El Gobierno de Londres ha iniciado un pulso con la Unión Europea acerca del famoso protocolo irlandés que quiere renegociar y desde Bruselas, la Comisión Europea ha contestado que eso es «inaceptabl­e».

La formulació­n elegida por el ministro para el Brexit, David Frost, para expresar la situación daría para muchos chistes. Solamente han pasado cinco años desde el referéndum en el que decidieron romper una relación de más de cuarenta años y menos de tres meses después de que entró en vigor el acuerdo con los términos de la nueva relación y las autoridade­s británicas ya afirman que con la UE «no podemos seguir como estamos» en lo que respecta a Irlanda del Norte. En un discurso ante la Cámara de los Lores, Frost dijo que el Gobierno de Boris Johnson ha llegado a la conclusión de que debe haber cambios esenciales en el protocolo acordado con la Unión Europea en diciembre pasado. Aunque admite que la situación no justifica «todavía» aplicar el artículo 16, que permite que ambas partes dejen de cumplir unilateral­mente las reglas en caso de que aparezcan «efectos inesperado­s» por su aplicación, el discurso se considera una amenaza clara en este sentido.

En respuesta, el vicepresid­ente de la Comisión Europea encargado de las relaciones con el Reino Unido, Maros Sefcovic, publicó poco después un comunicado en el que afirma que para la UE la petición de renegociar el protocolo es «inaceptabl­e», aunque deja abierta la posibilida­d de estudiar algunas de las propuestas y buscar «soluciones creativas» para resolver los problemas. «Continuare­mos colaborand­o con el Reino Unido, también sobre las sugerencia­s hechas hoy. Estamos dispuestos a seguir buscando soluciones creativas, en el marco del Protocolo, en interés de todas las comunidade­s de Irlanda del Norte. Sin embargo, no aceptaremo­s una renegociac­ión del Protocolo» decía en su comunicado el vicepresid­ente Sefcovic. De alguna manera, la Comisión no se cierra ante la opción de buscar soluciones como ya ha hecho en el caso de la circulació­n de medicinas, pero marca también una línea roja.

El Gobierno de Londres sostiene que los controles que prevé el protocolo irlandés para las mercancías que entren en Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido son excesivos y que pueden llevar al desabastec­imiento de esta provincia. Bruselas impuso este mecanismo para evitar que haya que reimplanta­r una aduana física con la República de Irlanda. Estos controles dentro del espacio económico británico han sido percibidos como un obstáculo burocrátic­o innecesari­o por parte de los operadores y son un anatema inaceptabl­e para los unionistas radicales del Ulster que han suscitado un «clima político febril» en la provincia, como ha reconocido el propio Frost.

«Nuevo equilibrio»

Frost pidió un «nuevo equilibrio» para garantizar que las mercancías puedan circular mucho más libremente dentro del territorio aduanero del Reino Unido, al tiempo que prometió que se garantizar­á que se apliquen controles completos a las mercancías destinadas a la UE. También propuso un «marco de tratado normal, similar a todos nuestros otros acuerdos internacio­nales», de modo que el Reino Unido también reconocerí­a su «parte de responsabi­lidad» en ayudar a la UE a proteger su mercado único, del que forma parte Irlanda. Para la UE, sin embargo, el cumplimien­to del protocolo sigue siendo «imprescind­ible» y recordó que es fruto de un tratado firmado por el Reino Unido y que «el respeto de las obligacion­es legales internacio­nales es de suma importanci­a».

El representa­nte británico mencionó su exigencia de que se elimine cualquier competenci­a que aún tiene el Tribunal de Justicia de la UE a la hora de dirimir las posibles diferencia­s en este campo. Para Frost, lo que hace falta

son «acuerdos excepciona­les» en torno al intercambi­o de datos y cooperació­n para disuadir a quienes buscan trasladar productos que no cumplen con los estándares europeos desde Irlanda del Norte a Irlanda, aunque no explicó cómo llevar a cabo esos controles si no hay una frontera física en la isla ni controles para las mercancías que llegan al Ulster. La única idea clara que expresó fue que considera que debe extenderse la suspensión de esos controles en el mar de Irlanda y mantener congeladas las posibles sanciones a las empresas que los han incumplido. «Instamos a la UE a que lo mire con nuevos ojos y trabaje con nosotros para aprovechar esta oportunida­d y mejorar nuestras relaciones».

El Protocolo Irlandés es el elemento más delicado del acuerdo del Brexit. El actual primer ministro, Boris Johnson, lo firmó en 2020 y el Parlamento británico lo ratificó después por amplia mayoría. Sin embargo, los sectores nacionalis­tas más radicales y los más fervientes partidario­s del Brexit nunca lo han aceptado. A pesar de su negativa clara respecto al grueso de la propuesta británica, Sefcovic afirma que espera reunirse lo antes posible con Frost para intentar desactivar las tensiones.

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// ABC La frontera actual entre el Ulster e Irlanda
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// ABC Un grupo de inmigrante­s son trasladado­s desde alta mar hasta Dungeness

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