Casado: «Nadie debe desenterrar viejas heridas ni descoser el perdón de nuestros abuelos»
► Abascal honra a los combatientes «de cualquier bando» que lucharon por España
El Partido Popular (PP) y Vox, desde diferentes posturas, reiteraron ayer sus críticas al anteproyecto de la Ley de Memoria Democrática que aprobó el martes el Consejo de Ministros. El líder de la oposición, Pablo Casado, reivindicó el espíritu de la Transición mientras su homólogo en Vox, Santiago Abascal, confirmó en el patio del Congreso que su grupo recurrirá ante el Tribunal Constitucional la ley del Gobierno si prospera en el trámite parlamentario por «totalitaria, sectaria, guerracivilista y anticonstitucional».
Casado celebró su tercer aniversario al frente del PP en un momento de dulce, con el partido situado como primera fuerza política en la mayoría de las encuestas, después de una ‘travesía en el desierto’. Tras la moción de censura contra el gobierno de Mariano Rajoy, Casado tomó el testigo de los populares como tercer partido en intención de voto, superado por el PSOE y por Ciudadanos. Hoy, las tornas se han alternado y los populares han recuperado la hegemonía del centro-derecha español.
El enclave escogido para la efeméride no fue casual. El líder del PP reunió a su Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre congresos, en el Parador de Gredos, en Ávila, el lugar donde «se encerraron» los ponentes de la Constitución para sacar adelante la ley de leyes. Su espíritu, clave, estuvo vigente en el discurso de Casado para marcar la hoja de ruta que quiere seguir el día de mañana si alcanza la Presidencia del Gobierno.
«Nadie debe desenterrar ahora viejas heridas ni descoser el perdón que sellaron nuestros padres y abuelos, y menos por un irresponsable interés de dividir a la sociedad para intentar polarizarla electoralmente», advirtió, en un mensaje directamente destinado al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
«Orgullosos herederos»
Casado insistió en que la Transición no fue «el triunfo de ninguna ideología sobre otra», sino «una meta conjunta» en la que los españoles conquistaron de la mano «un espacio de convivencia». «Nos sentimos orgullosos herederos de ese legado extraordinario que ahora quieren dilapidar», zanjó el líder del PP, quien promete sustituir la Ley de Memoria Histórica por una ley de concordia si es presidente.
Desde Vox, Santiago Abascal compareció en el patio del Congreso junto a todos los dirigentes que acudieron al pleno extraordinario celebrado ayer. Confirmó que su partido recurrirá ante el Tribunal Constitucional la Ley de Memoria Democrática si finalmente es aprobada y no cesó en descalificativos como «Pedro mentiras», en alusión a las promesas incumplidas del presidente del Gobierno.
«Nosotros honramos a todos los españoles que en cualquier bando y en cualquier época histórica pelearon, lucharon y se comprometieron porque creían que lo hacían por una España mejor», dijo Abascal, rodeado de sus compañeros de bancada, y advirtió al Gobierno de que Vox está «preparado» para levantar todo lo que tumbe, incluso, «la cruz más grande del mundo» –en referencia a la del Valle de los Caídos–. «La ley ataca la convivencia en paz y la libertad de la que hemos disfrutado estas décadas de democracia», sentenció, y agregó que los únicos que han cometido «crímenes» en democracia son «los socios del Gobierno» –en alusión a EH Bildu–. El líder de Vox pidió además «asumir» la historia de España en vez de «condenar».
«No ha nacido presidente, ni fiscal de partido ni juez corrupto capaz de obligarnos a condenar a nuestros abuelos», clamó Abascal, muy contundente en toda su intervención. Tanto Casado como él dejaron muy claro que la ley que prepara el Gobierno no contará con la aprobación de la derecha.