ABC (1ª Edición)

El techo olímpico español está en 221 centímetro­s

Hay veinte deportista­s en el olimpismo nacional por encima de los dos metros, pero nadie tan cerca del cielo como Roberto Dueñas, que estuvo en Sídney y en Atenas

- IGOR BARCIA TOKIO

Roberto Dueñas, historia del Barcelona –su camiseta con el número 12 cuelga del techo del Palau–, entró en lo más alto del registro del Comité Olímpico Español cuando el pívot de Móstoles (1975) fue convocado para los Juegos de Sídney 2000 y Atenas 2004. Fue el colofón a 84 internacio­nalidades de un jugador especial, un talento al que sus problemas de espalda pasaron factura y le obligaron a retirarse con 31 años y todavía mucho baloncesto en su cuerpo. En ese ranking de deportista­s más altos y bajos del olimpismo español, Dueñas ocupa de forma holgada el primer escalón del podio, donde logicament­e comparte cetro con otros jugadores de baloncesto, los hermanos Gasol, con 2,15 de altura cada uno. Y así hasta 20 deportista­s que rebasan los dos metros. El baloncesto nacional también ocupa las primeras plazas del ranking en mujeres, donde Cindy Orquidea Lima García y Luci Pascua dominan la lista con 1,96 de altura, y donde en el top 10 se cuela una campeona olímpica como Ruth Beitia, que dominó el salto de altura en Río 2016 desde su 1,91.

Frente a la leyenda china

Pero sin duda, el rey de esta estadístic­a es Roberto Dueñas, un deportista que destacó en las villas olímpicas de Sídney y Atenas y al que la primera experienci­a de los Juegos le marcó para repetir. Porque desde diciembre de 2001 había renunciado a la selección por culpa de sus dolores crónicos en la espalda. Necesitaba descansar en verano, para luego rendir el resto de la temporada. No estuvo en el Europeo de Turquía 01 (bronce), ni en el Mundial de Indianápol­is 02 (quintos), en el que se derrotó a Estados Unidos, ni en el Europeo de Suecia 03 (plata). Sin embargo, cuando Mario Pesquera le sondeó para acudir a Atenas, su respuesta fue diferente. «Habló conmigo y me preguntó si estaba dispuesto a jugar, si tenía ganas de ir y con qué predisposi­ción estaba. Y yo le contesté que me hacía mucha ilusión estar en los Juegos Olímpicos y que por mi parte no había problemas», explicó el pívot madrileño en un reportaje, donde reconoció que la experienci­a australian­a había tenido su peso. «Tuve la suerte de estar en unos Juegos y para mí fue una experienci­a única. Me apetecía mucho repetirla. Los Juegos son una motivación extra, por lo que significan, porque van los mejores equipos y los mejores jugadores», añadió.

En Atenas, a pesar de ser de largo el techo del deporte español, Dueñas se tuvo que enfrentar en el debut a una leyenda china que le aventajaba en 8 centímetro­s en un duelo para el recuerdo. Porque Yao Ming, el pívot de los Houston Rockets, es historia del COI por ser el deportista más alto que ha estado presente en unos Juegos. Y tiene otro registro en su haber, el del abanderado más alto, ya que desfiló al frente del equipo chino en El Nido de Pekín en la ceremonia de inauguraci­ón de 2008.

Tras el evento de 2004, Dueñas comenzó el final de su carrera. Dejó el Barça y tras pasar por Girona y Joventut, cerró en 2007 su carrera deportiva. Era el final a la trayectori­a de aquel chaval que fue descubiert­o en una parada de autobús por el técnico del Fuenlabrad­a Miguel Ángel Fernández, a quien le habían dicho que «habían visto a un chico muy alto esperando en la parada» y que debutó en 1995 en ACB tras ser fichado por el Barça, con quien logró seis Ligas, dos Copas, una Euroliga y una Korac.

Dueñas mantiene relación con el baloncesto, aunque ya no quiere oir hablar ni de amistosos con los veteranos. Suya es la creación de la Escuela de baloncesto del Barça. Además de hacer historia en el deporte español por su altura, estuvo a punto de hacerla por saltar a la NBA de la mano de los Chicago Bulls. De hecho, fue selecciona­do en el draft de 1997. Sin embargo, el salto a Estados Unidos no terminó de convencer a Dueñas, que prefirió disfrutar de su carrera en el Barcelona.

71 centímetro­s de diferencia

Del techo del deporte olímpico español a las atletas más bajas en unos Juegos hay 71 centímetro­s de diferencia. Y si por lógica el baloncesto destaca por arriba, la gimnasia rítmica o el judo marcan la estatura por debajo. Yolanda Soler, Sara Moro, Elena Gómez, Laura Campos, Patricia Moreno, Tania Gener o Julia Figueroa tienen en común que en la lista del COE aparecen con 1,50 de altura, pero eso no les impidió tener grandes carreras deportivas y ser incluso medallista­s olímpicas, como el caso de Yolanda Soler en judo, bronce en -48 kilos en Atlanta 96.

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AFP // Dueñas y Yao Ming, en los Juegos de Atenas

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