El Reino Unido, desabastecido por el volumen de aislados
Las empresas piden al Gobierno actuar ante la ‘epidemia’ de contactos estrechos
Una pandemia dentro de la gran pandemia de coronavirus. O, en inglés, la ‘pingdemic’, en un juego de palabras entre ‘ping’ (recibir una notificación) y ‘epidemic’ (epidemia). Es a lo que se enfrenta el Reino Unido, cuyo alto índice de contagios debido a la variante Delta del coronavirus, sumado a la cuarentena que tienen que guardar los contactos estrechos con personas positivas, están dejando desabastecidos a sectores estratégicos como los medios de transporte, los supermercados o incluso a la policía.
La federación de minoristas británicos instó ayer al Gobierno a flexibilizar las normas que imponen aislamiento a los casos de contacto con personas infectadas. El número de nuevos positivos en el país se ha disparado en las últimas semanas, rozando los 50.000 diarios, por lo que cientos de miles de casos de contacto se han visto obligados a aislarse, dejando sin efectivos a numerosos sectores económicos. Varias cadenas de supermercados, así como la asociación de productores de carne y los transportistas, también denunciaron la escasez de mano de obra, una parte de la cual se vio obligada a hacer cuarentena. Solo en la semana que terminó el 14 de julio se enviaron más de 600.000 notificaciones llamando a guardar esos días de aislamiento. El primer ministro y el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, están ambos en esta situación precisamente por haber estado en contacto con personas que tienen el virus.
El Gobierno de Boris Johnson ha prometido eximir a ciertos trabajadores esenciales del requisito de respetar diez días de aislamiento, siempre que hayan recibido las dos dosis de la vacuna o den negativo a los test de Covid-19. Esto ya se aplica desde el lunes (el ‘Día de la Libertad’) a los trabajadores de la sanidad pública «en circunstancias excepcionales».
El pasado sábado, una línea del metro de Londres tuvo que interrumpir el tráfico por falta de personal. Algunos cuerpos de policía han advertido de que los tiempos de respuesta serán más largos, y, antes de la llegada de las vacaciones de verano en el país, más de un millón de niños también han tenido que aislarse, obligando a sus padres a quedarse en casa.