Sois un coñazo
Vuestra diarrea ideológica os lleva a llamar arrojo a lo que es solo inconsciencia
¿ Conocen a alguien que celebre la pobreza ajena? Supongo que no muchos pero, conforme, todos de derechas, no puede ser de otra forma. Sigamos. ¿Alguien en la otra orilla que no quiera acabar con la pobreza? Ahí sí que no hay discusión. Sólo las izquierdas, la caviar, la pancartera, la que sueña, la que protesta. Todas abjuran del rico y acogen al pobre.
Mientras la gentuza como yo nos planteamos intermitentemente cómo podemos ayudar, porque algo de bondad tenemos allá en lo más hondo, los divinos nos dicen cómo se va a hacer. Ojo, no con un plan muy detallado, grafismos, calendario de implementación ni monsergas de esas. Quia. Se curran unos cuantos eslóganes pintones, en eso son imbatibles, y pa’lante con la reforma laboral. Luego, cuando la realidad se empecina en demostrar que no es lo mismo despegar un sueño que aterrizarlo, surgen los problemas. Ojo, no los suyos, los de los demás. Son muy duchos, y muy pillos, en eso de colectivizar sus fracasos. Buscan culpables, los señalan y dan siempre con la clase media, derrochadora e in-soli-da-ria. Ellos, la gente, son progresistas, aunque resulte que se avanza poco, se impone más y se ciscan en la Ley porque la Justicia sólo lo es cuando falla a su favor. Que tiemble el Constitucional por arremeter contra el cesarismo de Sánchez.
Sois unos intensitos. Como el cursi de Zapatero. Una vez le espeté entre canapés que no entendía que alardeara de que cada vez sean menos los que puedan sostener su cacareado estado del bienestar, en vez de aspirar a que cada vez más tengan que mantener a menos. Sois, razoné, comodones del atajo de igualar en miseria, inútiles en crear riqueza con la que poder pagar vuestras farras.
Ocurre que los dogmas del capitalismo os parecen como el ‘Ulises’ de Joyce al resto, un tostón. La necesaria búsqueda de la igualdad de derechos sólo es vuestra coartada para desertar de los deberes, como el niño insoportable que te monta un rodea el Congreso si no le das otra chuchería. Vuestra diarrea ideológica os lleva a llamar arrojo a lo que es solo inconsciencia, que ya abonarán otros los platos rotos de vuestra política bonita.
Pues eso, sois un coñazo.