Exaltación y castigo al héroe involuntario
‘EL ESPÍA INGLÉS’
Director: Dominic Cooke. Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Rachel Brosnahan...
Puede que el Brexit pese ya más que la globalización, porque esta película de espías nos llega casi con dos años de retraso, desde su estreno en Sundance en enero de 2020. No será por falta de interés. ‘El espía inglés’ cuenta la increíble pero verdadera historia del comerciante británico Greville Wynne, reclutado en plena Guerra Fría por el MI6, servicio de inteligencia secreto para el que resultaban demasiados tentadores los viajes del protagonista a Moscú.
Lo primero que debe resaltarse es la sensacional actuación de Benedict Cumberbatch, arropado por otros intérpretes de primera. Rachel Brosnahan es conocida gracias sobre todo a series como ‘La maravillosa Sra. Maisel’ y ‘House of cards’, pero Merab Ninidze (’McMafia’, ‘Homeland’) tiene el típico rostro que uno está seguro de haber visto y no recuerda dónde. Sería perfecto como espía, aunque aquí da vida al ambiguo dirigente soviético con el que trata nuestro héroe.
‘El espía inglés’ tiene un par de problemas menores. El primero es ridículo: las comparaciones con ‘El puente de los espías’, como si Spielberg no se hubiera adelantado a todos en casi cualquier género. El segundo obstáculo también tiene algo de psicológico: la película está compuesta por dos historias tan diferentes que varía hasta el tono. La primera mitad es casi una comedia feliz, pese al marco histórico. Pero pronto las cosas se ponen feas y el héroe a regañadientes, tan involuntario como inconsciente, empieza a descubrir lo disparatado que fue enviar a un civil sin entrenamiento a un frente tan peligroso.
El director, Dominic Cooke, también demuestra cierta inexperiencia fuera de los nobles escenarios teatrales. Lo suple con creces gracias a sus intérpretes, que le ayudan a construir el nacimiento y desarrollo de una hermosa amistad, esencial para llegar a la línea de meta con fuerza. La recreación de la época y de los escenarios es impecable, por otro lado. Si el espectador asume que no es mal camino empezar riendo y soltar alguna lágrima al final, disfrutará de esta película sobre un episodio apasionante pero sin sitio en los libros de Historia.