Baltic Dry
El índice Baltic Dry es el que mide la evolución del precio del transporte por barco de la carga seca en el mundo. Es un índice ampliamente seguido y que lógicamente tiene mucha correlación con la evolución de la economía mundial.
En el último año, como ha pasado con el precio de muchas cosas, había multiplicado prácticamente por tres como claro indicador de lo que estaba pasando con el precio del transporte marítimo una vez que se ha vuelto a poner en marcha la economía mundial. Sin embargo, desde los máximos de mediados del mes pasado ha caído más de un 60% viviendo a los niveles prepandemia.
Como me recordaban el viernes pasado en Twitter cuando colgué el gráfico de la evolución de este índice, esto indicador se refiere exclusivamente a una parte de los fletes y todavía otros –en concreto el de transporte de contenedores– continúa muy tensionado –aunque también desde máximos haya bajado algo –. No hay duda.
Y desde luego que con ese tuit no trataba de concluir gran cosa.
Ahora bien, de la misma manera que el cuello de botella del transporte de la carga seca se ha terminado solucionando en pocos meses y en cosa de días ha vuelto a los niveles previos, es probable que pase con el resto de precios del transporte marítimo que es sin duda el principal problema por el lado de la oferta.
No hay un problema estructural de escasez de barcos o de petróleo o de gas o cualquier otra materia prima cuyos precios se han disparado en los últimos meses. Hay de sobra. Lo que ha pasado es que la fortísima recuperación económica ha cogido los agentes económicos con el pie cambiado y la oferta no ha sido capaz de satisfacer a la demanda en un primer momento.
Es solo cuestión de tiempo que se acabe ajustando. Y como demuestra el Baltic Dry, no de mucho.
Por lo que creo que sería recomendable que los discípulos del apocalipsis ahorren saliva, las cadenas de suministros con el transporte marítimo a la cabeza no van a tardar en ajustarse por lo que el fin del mundo tendrá que esperar.