ABC (1ª Edición)

«Quería pensar que estábamos en un país donde no se te condenaba por ser lesbiana»

∑ ▶ Dolores Vázquez habla para el documental de HBO Max sobre el caso Wanninkhof

- ÓSCAR RUS

Trece años estuvo Toñi Moreno sin hablar con Dolores Vázquez. Excepto por Navidad. «No sabía ni cómo había sido su vida en Inglaterra», reconoce la presentado­ra. Una semana de verano, en una casa alquilada de Madrid, duró la conversaci­ón entre ambas para el documental de HBO Max ‘Dolores: La verdad sobre el caso Wanninkhof’. En los seis episodios, dirigidos por la periodista Noemí Redondo, se recuerda la muerte de Rocío Wanninkhof en 1999, la prisión durante más de un año de Dolores Vázquez por su asesinato y la detención del verdadero culpable tras la muerte de otra joven en 2003. Vázquez habla a partir del segundo capítulo; la madre de Rocío, Alicia Hornos, desde el principio.

—¿Cómo recuerda la cobertura del crimen de Rocío?

—Yo era reportera de ‘Andalucía directo’ en Canal Sur. Fue mi estreno en algo serio, lo primero que me caló, mi despertar como periodista. Me impactó muchísimo ese juicio. Tenía ganas de cambiar el mundo y lo viví con mucha entrega, pero muchísimo sufrimient­o.

—¿Sintió frustració­n?

—Entré en ese juicio pensando, como todos, que esta mujer era culpable. Tuvimos un año para diseñar un perfil que no se correspond­ía con la realidad. A medida que pasaron las sesiones, no sabía si era inocente, pero nadie me había demostrado su culpabilid­ad, que hubiese estado en el lugar y la hora del asesinato. Quería pensar que estábamos en un país donde no se te condenaba sin pruebas. No se te condenaba porque no tuvieras un físico agradable, amable o dulce. No se te condenaba por ser lesbiana. No se te condenaba por caer mal. Una vez ya conocí a Loli, creí en su inocencia, pero por encima de mis creencias está la seriedad de un sistema: ¿hay pruebas o no?

—¿Usted cruzó la línea o se le pidió lo imposible?

—Cruzamos la línea todos. Que funcionara muchísimo de audiencia hizo que tomáramos decisiones equivocada­s. Yo, la primera. Hubo muchos factores. La Guardia Civil no hizo bien su trabajo. Los jueces tampoco. Y los periodista­s cruzamos algunas líneas que no teníamos que haber cruzado. Todo eso hizo que le destrozára­mos la vida a esta mujer.

—En su caso, ¿lo profesiona­l se convirtió en personal?

—No. No tenía noticias suyas porque la vida nos ha llevado por senderos diferentes y contacté con ella para proponerle este documental. Muchos compañeros querían hablar con ella y todos sabían que yo tenía su teléfono. Me dijo que no podía con la prensa y que, si alguna vez lo hacía, sería con alguien como yo, con quien se sintiera cómoda. Espero que le sirva para salir de su casa con la cabeza bien alta, que la llamen de conferenci­as y sienta que todavía tiene mucho que aportar a la sociedad.

—¿Usted no se convirtió en portavoz de una parte?

—Para nada. El abogado de Loli me llamó porque quería dar una rueda de prensa y no tenía contactos, y yo me encargué de avisar a mis compañeros. Es una anécdota.

—La serie documental se detiene mucho en la relación sentimenta­l entre Dolores Vázquez y Alicia Hornos.

—Loli quería hablar exclusivam­ente del caso y desarmar aquello que llamaban indicios que no eran más que conjeturas. Teníamos que hablar de lo personal porque todos habíamos comprado que era un crimen pasional. Loli ha abierto muchas más grietas de su vida que hemos decidido no emitir porque no estaba relacionad­o directamen­te con el caso, sino más bien con la familia Hornos. Hemos eludido todo el material morboso que tenemos. Claro que hemos hablado de su relación con Alicia. Si ves el interrogat­orio del fiscal a Loli, todo estaba basado en su relación personal con Alicia porque intentaba demostrar que había intentado volver con Alicia y Rocío se lo había impedido.

—Se ve a Alicia Hornos muy desmejorad­a.

—Alicia, como Loli, es una víctima de las circunstan­cias. Yo, ahora que soy madre, si me pasara una cosa así, no sé si estaría con la cordura que Alicia manifiesta en muchos momentos. Es una mujer que ha sufrido y la confundier­on. Loli todavía no puede entender cómo Alicia pudo pensar que era ella, pero compró la idea de la Guardia Civil y lo defendió a muerte hasta hoy. Confío en que Alicia reflexione. Si te asesinan a un hijo, puedes perder la cabeza. Yo la perdería. No digo que Alicia la haya perdido, pero hizo cosas que ahora entiendo. Si la Guardia Civil te dice que esta mujer ha matado a tu hija, tú luchas con uñas y dientes para que acabe en la cárcel.

—Alicia dijo a los medios que aquello no era una película de Almodóvar.

—Sale diciéndolo en la puerta del juzgado. Alicia se prestó y nos usamos mutuamente.

—De aquellos polvos vienen estos lodos. Salen presentado­ras como María Teresa Campos y Ana Rosa Quintana.

—Si hoy ocurriera una cosa parecida, volveríamo­s a hacer lo mismo.

—¿Ha hablado con María Teresa Campos sobre el caso Wanninkhof?

—Muchísimo. Teresa me contrató como coordinado­ra de actualidad cuando se fue de Telecinco a Antena 3. Era el momento álgido del caso. Ella estaba muy mediatizad­a y yo le hice ver que se estaba equivocand­o.

—Se habla de la lesbofobia que hubo en la cobertura del caso, de cómo se la dibujó como la villana perversa, pero ella misma no se define como tal.

—Ella, como todos, tiene sus contradicc­iones. ¿Quiénes somos para decirle a una persona cómo tiene que vivir su sexualidad? A ella le molestó verse ‘desnuda’ en todos los telediario­s. No había hablado de su sexualidad con sus hermanas. Le costaba contarlo. Decidió no salir del armario. ¿Quiénes somos nosotros para empujar a nadie? Todo el mundo decía que era una lesbiana y ella no se sentía así. Sintió que su intimidad era violada. Llevó fatal que todo el mundo opinase sobre su vida íntima.

—Hay un largo historial de los medios sacando del armario a gente.

—Bueno, pues lo hacemos mal. De verdad, tenemos que superarlo: ¿por qué es importante con quién se acuesta cada cual? ¡No lo entiendo! A mí me ofende que me pregunten eso y debería ofenderle a todo el mundo. ¿Qué necesidad? ¡Cada uno que haga lo que quiera! ¡Qué más me da! ¿Qué me importa a mí con quien te acuestes?

El juicio mediático

«A ella le molestó verse ‘desnuda’ en todos los telediario­s. No había hablado de su sexualidad con sus hermanas»

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FOTOS: LAURA PERIS GARCÍA
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Arriba, Toñi Moreno y Dolores Vázquez, durante la entrevista. Sobre estas líneas, la periodista

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