Las trabas regulatorias frenan la creación de un millón de empleos
► Cepyme asegura que hay cien obstáculos que impiden recaudar 20.000 millones al año
«Faltan emprendedores». Una frase repetida con asiduidad entre los empresarios españoles, pero que queda desmitificada al compararnos con el resto de países vecinos. «En España no hay problema de emprendimiento», explica la asociación española de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme. Según la patronal, España crea al año el 10,6% del tejido empresarial, por encima del 9,8% de la media de la Unión Europea (UE). Entonces, señala, el problema no es crear, sino de mantener con vida a sus firmas. El último estudio de Cepyme sobre crecimiento empresarial quiere dar muestra de ello. En concreto, descifra que la tasa de mortalidad de las empresas, que mide el porcentaje de tejido empresarial que desaparece de forma anual, es mayor en España que en Italia, Alemania o Portugal, teniendo en cuenta los datos de las empresas con asalariados.
«Esta tendencia se agudiza en España en las empresas de nueva creación, que muestran mayor vulnerabilidad que en otros países europeos». Así las cosas, en nuestro país, solo la mitad de las empresas sobreviven tres años después de su creación, «una proporción inferior a la del Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Portugal».
Según el estudio, el 9,2% de las empresas con asalariados acaban cerrando a lo largo del año en España, mientras que en la media de la Unión Europea se sitúa en el 8%. «Esto significa que cada año una de cada 11 empresas con asalariados que hay en nuestro país desaparece, una tendencia que ya se observaba antes de la crisis del coronavirus y que se ha agravado como consecuencia de la pandemia».
Una de las principales causas que impiden avanzar a las empresas españolas, señala el informe de Cepyme, reside en las más de 100 regulaciones que «desincentivan» que las compañías crezcan. «Estas barreras (fiscales, contables, laborales, financieras,etc) se convierten en un lastre para la competitividad de las empresas, frenan la recuperación de la economía, la creación de empleo y la sostenibilidad de las cuentas de las propias administraciones a largo plazo», aclaran. La patronal estima que España crearía 1,2 millones de empleos y crecería un 5,2% más si se apuestan por medidas que lleven a un mayor crecimiento empresarial. Ya que supondría elevar las ventas en 246.000 millones de euros, lo que también tendría un beneficio recaudatorio para la Administración que atajaría 20.000 millones más al año. Para favorecer este crecimiento, Cepyme propone que el cumplimiento de las obligaciones no tenga carácter inmediato con la ampliación de un trabajador en la plantilla, sino que entren en vigor cuando hayan consolidado su crecimiento, tras 4 años de aumentar y mantener su tamaño.