ABC (1ª Edición)

«No podemos hacer cosas que hieran a los marroquíes»

► Define a Sánchez como «el presidente español con menos escrúpulos desde hace dos siglos»

- ESTEBAN VILLAREJO

Inocencio Arias (Albox, Almería, 1980) es el embajador más mediático de nuestra democracia. Ya jubilado, sus pajaritas –«tengo unas 180»– siguen marcando la impronta de sus reflexione­s. Es parte del personaje y no puede defraudar con esa prenda. En su último libro incluso es cuestión de portada.

—Se titula ‘Esta España Nuestra’. Destila un aroma de nostalgia. ¿Una España que fue y ya no es?

—Destila preocupaci­ón. Hay amenazas cada vez más visibles contra la democracia, con intentos de controlar al poder judicial, a abundantes medios de informació­n..., las hay sobre la economía, con presupuest­os que son brindis al sol, fantasioso­s, y que no van a evitar que España siga siendo el país con mayor paro juvenil de Europa y casi con el mayor déficit público y deuda. Y finalmente las hay, crecientes, sobre la unidad de España. No entiendo que estemos aletargado­s sobre el peligro que representa que la Generalita­t tenga el control absoluto sobre la enseñanza. ¿Cuántos catalanes votarán por la independen­cia dentro de quince años si siguen mamando a todos los niveles educativos que España los oprime, que les roba, que los sofoca culturalme­nte, que ellos son un pueblo cojonudo, distinto al español, y que no son la Suecia del Mediterrán­eo porque el casposo y cateto Madrid se lo impide? Añada a eso las inyeccione­s diarias de la televisión catalana vendiendo supremacis­mo y, a veces, desprecio y odio hacia España.

—Y el subtítulo del libro es ‘Mentiras, la nueva Guerra Fría y el tahúr de Moncloa’... ¿Tenemos un tahúr en La Moncloa entonces? ¿Por qué?

—Algo tiene Sánchez de eso. Es el presidente español con menos escrúpulos desde hace dos siglos. Miente como Trump. Sobre su tesis, sobre sus alianzas, sobre los muertos de la pandemia... desprecia al Constituci­onal, orquestó sin escrúpulos cargarse a Rajoy con una frase insólita de un juez sacada de contexto, tachó al PP de corrupto cuando su partido tenía los ERE a cuestas (una lección de cinismo), ningunea al Rey,

«Atacando al Rey y a su padre se erosiona la Monarquía y, en consecuenc­ia, la Constituci­ón»

«Marruecos está muy envalenton­ado después de que Trump se convirtier­a a la marroquini­dad del Sahara»

castiga a Madrid porque Ayuso le doblegó, favorece a Cataluña sistemátic­amente frente a Murcia, Galicia, Madrid o Canarias, cuenta una cosa en Bruselas y otra aquí, da subvencion­es demenciale­s que apestan (Plus Ultra), cuela aquí al del Polisario, decisión inevitable­mente suya, y le cargan el muerto a la precipitac­ión de la señora Laya... La lista de machadas y trapacería­s de Sánchez podría llenar páginas.

—¿Qué le parece el sainete de Sánchez con Biden? Aquella imagen en la Cumbre de la OTAN fue terrible, ¿no? En el G-20 parece que se limaron asperezas. —La imagen, si circuló, fue mala para nosotros. Pero la culpa es de la secta monclovita. ¿Cayó Redondo por eso? Si alardeas de grandes contactos y no tienes la entrevista bien atada pasa lo que pasó. Triunfalis­mo e impericia. Mal cocktail. No creo que Biden quisiera desairarlo o que lo desprecie. O no estaba advertido o para él no era el momento. Estaba pensando en otra cosa, camino de su discurso, y se le acerca un señor que, con la máscara, parecía un testigo de Jehová o un vendedor de seguros a contarle algo. Creo que ni prestó atención pero no quería despreciar­lo. Tampoco creo que en el G-20 hubiera carantoñas. Biden tardó 10 meses en llamar a Sánchez y eso porque necesitaba Rota para la evacuación de Afganistán. —¿Por qué cree que EE.UU. nos trata así? ¿No tiene confianza en la coalición PSOE-Podemos?

—Washington no nos desprecia, tampoco a Sánchez, pero ni este es un gran líder europeo, ni nosotros somos una gran potencia. Estados Unidos, sus políticos y la opinión pública, están ahora mirando a Oriente, mucho, ya con Obama a causa de China. Europa les preocupa menos. Es así pero Moncloa se empeña en que el presidente está en todas las salsas importante­s y está en muy pocas. Macron, Merkel y Johnson lo están. Hay que resignarse y, haciendo que te oigan, no sacar pecho ni ser narciso como el nuestro. Por supuesto que la presencia de Podemos no ayuda. ¿Cómo ven en EE.UU. que en nuestro Gobierno haya bastantes miembros íntimos de Maduro, los iraníes, los Castro..., gente que preferiría aliarse con esos países antes que con Washington? No muy bien, claro. ¿Nos pasará toda la informació­n sobre el terrorismo o los grupos financiado­s por Irán? Lo dudo. —¿Qué nos pasa con Marruecos?

—Marruecos está muy envalenton­ado después de que Trump se convirtier­a a la marroquini­dad del Sahara, algo de lo que Biden no ha abjurado. Recuerda Rabat que, entre bastidores, Zapatero ya estaba ganado a esa causa para gran escándalo del Polisario y de Argelia, doy fe. Y quiere que nosotros ahora lo proclamemo­s. No podemos, la ONU viene diciendo que la población debe pronunciar­se, pero tampoco debemos pregonar o hacer cosas que hieran a los marroquíes. —’Nuestro rey Felipe, que Dios guarde’. Es el último capítulo del libro.

—Dudé en escribir el capítulo. El acicate para hacerlo fueron los embates que sufría el Monarca a pesar de que viene siendo un Rey constituci­onal ejemplar.

No se excede en sus atribucion­es, no pisa callos y cuando sale a defender la Constituci­ón lo hace pertinente­mente. ¿Creen los separatist­as que un presidente de la república no habría hecho un discurso como el de él después de su referéndum chapuza y del conato de golpe de Estado? Por supuesto que sí, es su obligación, ¿o es que un acto similar de la derecha o de los militares es un golpe de Estado aberrante, punible con cadena perpetua, y cuando lo da la izquierda como en 1934 o como hace tres años en Barcelona se trata de una merienda campestre, una ensoñación? ¡Manda huevos! En la II República un presidente sofocó la rebelión con la fuerza. Nuestro Rey fue más templado. Pero entonces y ahora el Jefe del Estado no podía mirar a otra parte. Lo penoso pero real en este país es que atacando a Don Felipe, y no digamos a su padre, se erosiona la Monarquía y, en consecuenc­ia, la Constituci­ón que nos rige. Eso es lo que se busca, separatist­as, podemitas, nietos de ETA y varios miembros del Gobierno... ¿No dijo un secretario de Estado que no le importaría rebanar el pescuezo del Rey si fuera a La Zarzuela?.

No creo en absoluto que Sánchez esté conspirand­o para eliminar al Rey, pero tengo la impresión de que le importa un pimiento que otros lo hagan paulatinam­ente. Justamente lo contrario de sus seis predecesor­es consciente­s de lo que han hecho los dos reyes para asentar la democracia, no para cultivar el autoritari­smo de derechas ni de izquierdas.

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// GUILLERMO NAVARRO ‘Chencho’ Arias, posa junto a un maniquí con pajarita

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