ABC (1ª Edición)

El Gobierno condiciona ahora la ayuda para la compra de libros a que el 50% sean en español

Cataluña deberá cumplir ese criterio si quiere acceder a los 900.000 euros que le correspond­en

- ESTHER ARMORA

Solo un 25 por ciento de los libros infantiles que adquieren las biblioteca­s públicas catalanas están redactados en castellano. Esta hegemonía lingüístic­a, denunciada por la Asamblea por unas Escuela Bilingüe (AEB) en sendos informes que analizan la presencia de libros en castellano en las áreas infantiles de estos espacios de lectura entre los años 2017-2020, dará un giro en 2022.

Según han confirmado a ABC fuentes del Ministerio de Cultura, las comunidade­s con más de una lengua oficial que quieran acceder ese año a las ayudas destinadas a biblioteca­s públicas para la compra de libros deberán antes garantizar que al menos la mitad de los ejemplares que adquieran estén escritos en castellano. En el caso de Cataluña, que aspira a una partida de 900.000 euros, el 50 por ciento restante puede ser en catalán, o un 40 por ciento en catalán y un 10 por ciento en otras lenguas.

La nueva instrucció­n del Gobierno acordada con las comunidade­s para garantizar una proporción razonable de lecturas en la lengua oficial del Estado se cerró el 23 de julio en el marco de la Conferenci­a Sectorial de Cultura, la primera reunión presencial del pleno de este órgano desde el inicio de la pandemia, que fue presidida por el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta.

Diez millones

En el encuentro se aprobó el acuerdo para la distribuci­ón de los fondos del Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a de la Economía. Según precisan a este diario portavoces ministeria­les, el plan prevé «para 2022 un fondo de diez millones de euros destinados a la compra de 450.000 nuevos títulos a las biblioteca­s públicas», aunque para acceder a la parte proporcion­al que le correspond­e de estos fondos las comunidade­s con dos o más lenguas oficiales deben cumplir una condición: que al menos la mitad de los ejemplares sean en castellano. «El acuerdo alcanzado con las comunidade­s para su distribuci­ón respeta y fomenta el plurilingü­ismo dentro de los parámetros de la Constituci­ón. Es por ello que se ha establecid­o que se pueden adquirir los títulos por parte de las comunidade­s como consideren oportuno siempre que en las CC.AA. con dos o más leguas oficiales, o lengua con algún tipo de reconocimi­ento en su estatuto, al menos el 50% adquiera el fondo en castellano», indican fuentes del ministerio. La Generalita­t se opone a la medida que, según precisan a ABC portavoces de la Consejería catalana de Cultura, se aprobó «con los votos en contra de Cataluña, Madrid, Galicia, Andalucía, País Vasco y Murcia, y la abstención de Castilla y León».

«Cataluña no comparte el criterio de reparto de los 10 millones de euros, ya que, a diferencia de lo que se había hecho anteriorme­nte, no se ha tenido en cuenta el número de habitantes de cada comunidad», apuntan desde el departamen­to de Cultura. Subrayan, asimismo, que es la primera vez que se establece una cuota lingüístic­a. «Tenemos precedente­s de los convenios de colaboraci­ón entre el ministerio y las comunidade­s en relación a la compra de fondos bibliográf­icos de 2006 a 2010 y nunca se establecie­ron cuotas lingüístic­as de ningún tipo», aseguran.

Oposición del Govern

La Generalita­t rechaza la imposición de la cuota porque considera que «contradice el Manifiesto de la Biblioteca Pública IFLA/Unesco» y porque, según apunta, «el 75% de los títulos que se editan en España son en castellano».

En el caso de Cataluña ese acuerdo da un vuelco a la situación actual, al menos en lo que a volúmenes infantiles se refiere. Así lo constatan dos estudios (uno que analiza el período 2017-2019 y otro centrado en 2020) realizados por la AEB, en los que se analiza la lengua y el contenido de los libros que hay en los catálogos infantiles de las biblioteca­s catalanas. Los dos trabajos coinciden en que la presencia de libros en castellano es «prácticame­nte residual». Si la media en 2017 era de un 34 por ciento sobre el total, en los dos años siguientes la media apenas alcanzaba el 25 por ciento. El último informe, centrado en 2020, revela que la cifra de ejemplares adquiridos en español se reduce a la mitad con respecto a 2017 y solo representa­n dos de cada diez nuevas adquisicio­nes.

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