Una transición compleja en el centro del campo
► El Madrid ha renovado todas sus líneas en los últimos años, excepto el trío glorioso de la era moderna
En un sitio tan peculiar como Tiráspol, capital de Transnistria, territorio no reconocido a nivel internacional, se juega el Madrid su clasificación para los octavos de la Champions. Los blancos se miden esta noche al Sheriff en la quinta jornada de la fase de grupos, y una victoria aseguraría matemáticamente el pase. Por ello, Ancelotti, poco amigo de las rotaciones desde que no le salieran bien durante el primer mes de la temporada, pondrá en liza su mejor once, y en él está un centro del campo tan glorioso como a la vez veterano. Encontrar el equilibrio es el reto de mayor calado que afronta el italiano en los próximos meses: «Las rotaciones son importantes para tener fresca la plantilla y a todos motivados. Pero hay que tener en cuenta la dinámica, y ahora es buena. Por eso no hemos cambiado mucho. No pienso en rotaciones», explicó Ancelotti ayer.
Tras la tercera Champions consecutiva, cuarta en cinco años, conquistada en Kiev en mayo de 2018, el Real Madrid inició un proceso de renovación que hoy aún sigue en marcha. La decimotercera Champions tuvo un epílogo amargo, con Zidane anunciando su dimisión solo cuatro días después de la conquista y Cristiano marchándose a la Juventus por 117 millones. Se cerraba de ese modo un ciclo brillante, seguramente el de mayor lustre de la centenaria historia blanca junto al Madrid de Di Stéfano. Tocaba mirar atrás y esbozar una sonrisa por lo consumado, pero sobre todo poner la vista en el corto y medio plazo, y empezar a sembrar el nuevo proyecto.
Durante estos tres años y medio, el Madrid ha renovado al equipo con jóvenes de prometedor presente y futuro, como Vinicius, Rodrygo, Militao, Mendy, Valverde, Odriozola, Brahim, Odegaard, Jovic o Ceballos, jugadores de calidad ya contrastada, como Alaba o Courtois, y estrellas, como Hazard. Todos ellos no han salido cara, como es de sobra conocido, pero sí han cuajado unos cuantos futbolistas que ahora mismo son titulares incuestionables y han dado forma a la nueva columna vertebral, excepto en una de las líneas. EL centro del campo en 2021 sigue siendo el formado por Casemiro, Kroos y Modric, el mismo de los últimos seis años.
Es la asignatura pendiente del equipo blanco, y de los entrenadores que van pasando por su banquillo. El brasileño tiene 29 años, 31 el alemán y 36 el croata. Seguramente, es el mejor medio del campo de la historia moderna del Real Madrid, pero no son inmortales. Los tres despuntaron en el fútbol de élite a una edad muy temprana, y el tanque de gasolina ya no está a rebosar. Los cincuenta partidos por temporada es un lujo que no debe permitirse ninguno de ellos si no quieren llegar a abril con la lengua fuera.
Lo intentó Zidane, trayendo de vuelta a Odegaard y dándole galones a Valverde. El noruego se rindió pronto, y prefirió no luchar por un puesto y marcharse. El uruguayo sí que ha cuajado, pero necesita ser más regular y dar ese paso al frente definitivo que le haga ganarse un sitio fijo en el centro del campo. Tampoco Isco, James, Ceballos y Kovacic han sido rivales que hayan puesto en aprietos a la dinastía, y el canterano Blanco no acaba de asentarse en el primer equipo. Este verano llegó Camavinga, y tras un aterrizaje esperanzador se ha ido apagando, aunque bien es verdad que proyecta un nivel prometedor, aunque quizás no para ser titular fijo en estos momentos. Con estos ingredientes, se entiende que Ancelotti haya buscado lo mismo de siempre y se haya dejado llevar, como confesó el domingo pasado en Granada: «El nivel que Modric y Kroos tienen es muy alto y sorprenden por las cosas que hacen. Tranquilo, no los voy a tocar. No sé lo que durarán. Si pienso en diez años, entonces habrá que pensar en otros jugadores, y los tengo, que son Camavinga, Valverde y Blanco. Pero a corto plazo no tocaré nada. Podéis estar tranquilos».