Suecia exhibe Monarquía para relanzar la amistad histórica con España
∑ Felipe VI y Carlos XVI Gustavo reafirman la voluntad de reforzar las relaciones comerciales
Suecia, jardín del edén de la socialdemocracia, no suele desperdiciar ocasión para exhibir Monarquía. Carruajes, palacio, cena de gala, tiaras y alfombras azules lucen en las grandes ocasiones.
No en vano, Carlos XVI Gustavo cumplirá en 2023 cincuenta años como Rey, habiendo superado hace tres al medieval Magnus Eriksson como el Monarca que más años reinó en el país que protagonizó el despertar turístico en España. Con estas bases históricas y afectivas, la Casa de Bernadotte exhibió ayer poderío Real para dar la bienvenida a los Reyes de España, quienes iniciaron la agenda oficial de su viaje de Estado de dos días al país escandinavo. Es el primero de este tipo, de máximo nivel diplomático, tras la irrupción de la pandemia con la salvedad del realizado a la cercana Andorra en marzo.
Todo comenzó con el ritual: desde el Grand Hôtel donde se hospedan Don
Felipe y Doña Letizia se acudió a las Caballerizas Reales, donde el Rey Carlos Gustavo y la Reina Silvia se encontraron por primera vez con los Reyes de España. Así lo manda la tradición sueca. Los dos Reyes, en un carruaje; las dos Reinas, en otro. Y una escolta de caballería de la Guardia Real sueca les acompañó hacia el Palacio Real de Estocolmo que lucía el estandarte.
El puente Norrbro
Fue un recorrido de apenas quince minutos pero lo suficiente –sobre todo cuando la comitiva enfiló el puente Norrbro engalanado con las banderas de España y Suecia– para ratificar el definitivo gen monárquico sueco. Esta escena es, quizá, la gran diferencia con los recibimientos que en España se dispensan a las visitas de Estado en las que también –hay que subrayarlo– nuestro país exhibe Monarquía.
En el patio de Armas el protocolo continuó: himnos nacionales, honores militares, revista al batallón de la guardia real sueca y presentación del Gobierno y cúpula militar sueca a los Reyes de España. La anécdota la ofreció el presentador que iba pronunciando en perfecto castellano el cargo de cada uno de los ministros y militares.
Más allá de la puesta en escena, Felipe VI y Carlos XVI Gustavo mostraron una sintonía plena para que esta visita de Estado –la primera de unos Reyes de España desde 1979– sirva para relanzar las relaciones diplomáticas, comerciales y entre ciudadanos de ambos países.
En una declaración en inglés, el Rey de Suecia subrayó «los intereses comunes y valores que comparten España y Suecia», una idea en la que ahondó Felipe VI, que también se dirigió en inglés, como es norma en este tipo de actos internacionales en Suecia. La pandemia y las víctimas de ambos países o el turbulento cambio de Gobierno en Suecia, que coincidió ayer con la visita de Estado, estuvieron presentes en el discurso.
Tras esa primera parada –y el almuerzo inicial con la Familia Real sueca–, Don Felipe y Doña Letizia se dirigieron al Museo de los Premio Nobel, otro de los símbolos donde la Monarquía sueca suele exhibir su poderío, aunque este año como el anterior no habrá la tradicional ceremonia de entrega de galardones a consecuencia de la pandemia.
Antes de entrar, el Rey Carlos Gustavo y Don Felipe conversaron con un comerciante del mercado navideño que se instala por estas fechas. Esta visita constituía uno de los guiños suecos a España pues en su interior se hallaba la exposición sobre el Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, preparada para la ocasión y que se prolongará hasta la primera semana de diciembre.
Tras otros protocolarios encuentros del Rey con el presidente del Parlamento sueco, Andreas Norlén, y el primer ministro en funciones, el socialdemócrata y exlíder sindical Stefan Löfven, y una visita de la Reina Letizia junto a la Reina Silvia y la Princesa Heredera Victoria al instituto médico Karolinska aún aguardaba la cena de gala para sellar el relanzamiento de las relaciones hispano-suecas.
Celebrada en la Sala Mar Blanco, asistieron unos 90 comensales. En su discurso, Felipe VI retomó la idea del viaje: la necesidad de que España y Suecia avancen hacia unas relaciones diplomáticas más fuertes con la innovación, la sostenibilidad o la tecnología como pilares de encuentro. Sin embargo, Don Felipe no quiso pasar desapercibido un gran dato: España es el destino turístico por excelencia de los suecos. «El turismo es una de las herramientas más poderosas para promover el conocimiento mutuo. El año que viene se cumplen 65 años desde que en 1957 se organizó el primer vuelo chárter de turistas suecos a las Islas Canarias», recordó.
El veraneo sueco en España y la elección del español como segunda lengua extranjera más hablada tras el inglés dan mayor potencial al aparentemente extraño eje hispano-sueco. Sus respectivas Monarquías, como se evidenció ayer, son otro lugar de encuentro.