La condena de cárcel a Benzema, el ostracismo para Valbuena
La víctima que denunció al delantero también perdió su sitio en Francia pese a ser fijo para Deschamps
Los hechos probados por el Tribunal Penal de Versalles determinan que Karim Benzema es culpable de complicidad en un caso de chantaje, que el delantero se involucró personalmente en la extorsión a Mathieu Valbuena, a costa de subterfugios y mentiras, para no publicar una cinta de vídeo con contenido sexual en la que éste aparecía. Y que todo lo anterior lo hizo, además, sin bondad hacia la víctima, compañero suyo en la selección, e incluso con cierto júbilo.
La sentencia, hecha pública ayer en medio de un importante revuelo de la sociedad francesa, condena al jugador del Real Madrid a un año de prisión condicionada –no tendrá que entrar en la cárcel salvo que reincida– y a una multa de 75.000 euros. También deberá indemnizar a Valbuena con 80.000 euros en concepto de daños morales. El tribunal amplió de esa forma en dos meses la petición de privación de libertad de la Fiscalía y mantuvo la cuantía máxima exigida por la acusación. En el caso de los otros cuatro acusados, las condenas van desde los 18 meses a los cuatro años. A Karim Zenati, amigo de la infancia de Benzema y responsable de involucrar al jugador en todo este asunto, le han caído dos años.
Este veredicto, a falta de la segura apelación de los abogados de Benzema, pone fin a la batalla judicial que inició Mathieu Valbuena hace seis años en defensa de su honor y contra aquellos que, según él, quisieron hundir su vida personal y familiar. Escuchada la sentencia, y sobre todo las reacciones, a Valbuena le ha quedado un regusto agridulce. «Valbuena se siente aliviado porque los últimos años han sido bastante difíciles», explicó en un comunicado el abogado del jugador. «Sufrió daños en su carrera que no se pudieron reparar, superó este calvario con valentía y discreción. Hoy está feliz de que se reconozca su calidad de víctima. No se podrá demostrar pero, por mucho que digan la Federación y Deschamps, salió de la selección francesa a causa de este caso, y esta sentencia no borra ese perjuicio». Valbuena ha ganado en los tribunales. Pero ha pasado tanto tiempo y las cosas han cambiado tanto desde entonces que lo decidido apenas tiene sentido para él.
El 11 de octubre de 2015 Valbuena jugó su último partido con la selección francesa. Fue en el Parken Stadion de Copenhague, ante Dinamarca, en uno de los últimos amistosos previos a la Eurocopa del siguiente año. El entonces jugador del Lyon salió al campo a falta de 12 minutos sustituyendo a Griezmann. Desde su suplencia en el último partido de la fase de grupos del Mundial 2014 acumulaba 16 partidos consecutivos representando a Francia, diez de ellos como titular. Era una de las piezas más utilizadas por el seleccionador galo. Poco después de ese duelo estallaba el caso. Benzema fue detenido el 4 de noviembre, e inmediatamente apareció su nombre como la víctima que protagonizaba el vídeo de corte sexual en poder de los amigos del delantero del Real Madrid. Valbuena había denunciado unos meses antes.
La consecuencia inmediata es que ambos jugadores se quedaron fuera de la siguiente lista de Francia. Benzema fue apartado de inmediato por su imputación. De Valbuena se dijo que no iba por no estar «en las mejores condiciones psicológicas». «A Mathieu no se le reprocha nada y no tiene nada que reprocharse. Su situación nada tiene que ver con la de Benzema», decía Deschamps. Lo cierto es que ya no volvió nunca más. No plegarse al chantaje y denunciar le costó no disputar una Eurocopa en su país.
Tras el escándalo Valbuena siguió jugando un año más en el Lyon, pero después decidió poner tierra de por medio. Se marchó a Turquía, al Fenerbahçe. Y de ahí, al Olympiacos, donde apura sus últimos años aún a buen nivel. Muy activo en sus redes sociales, informa de su desempeño en Grecia y deja alguna pincelada de su vida privada. Pero no hay ni rastro del episodio que marcó su carrera deportiva.
Del repudio al reencuentro
En el otro lado, Benzema se enfrentó a todo y contra todos por su repudio. Políticos de todos los signos, desde los socialistas de Manuel Valls hasta el Frente Nacional de Marine Le Pen le declararon persona ‘non grata’. «No es ejemplar, solo un niño mimado que ni siquiera canta ‘La Marsellesa’», decían de él. No había clemencia, y el delantero se perdió también el Mundial de Rusia, y por tanto la opción de sumar a su palmarés el título conquistado allí por los de Deschamps. Curiosamente, su ausencia en el equipo nacional provocó que aflorase una versión mejorada de Benzema, beneficiado también por la marcha de Cristiano a la Juventus. De los 12 goles que marca en la temporada 17-18 pasa a anotar 30 en la siguiente campaña. Ya no ha vuelto a bajarse de esos registros.
Su descomunal rendimiento provoca un runrún en la Federación, donde se empieza a hablar de la posibilidad de indultar al jugador. Finalmente, Deschamps le incluye en la lista de 26 convocados para la Eurocopa 2020. «¿Por qué ahora? Nos vimos y discutimos. Yo lo necesitaba, él lo necesitaba. No tengo la capacidad para volver atrás y cambiar nada». Ni una palabra sobre ejemplaridad. Tampoco la hubo ayer por parte de la Federación. Pese al veredicto de culpabilidad, Benzema seguirá en la selección. «Esta sanción no cambia nada para mí. Es seleccionable», reiteró Noel Le Graet, presidente de la órgano rector galo.