Santiago Posteguillo «Las mujeres fueron silenciadas en el relato histórico»
Estrena ‘El Corazón del Imperio’ (Movistar+), que redescubre el papel de grandes mujeres en el mundo clásico
Roma tiene nombre de mujer, pero a la posteridad solo han pasado sus hijos varones. Hubo también grandes personajes femeninos, enterrados sin embargo bajo las gestas de Julio César, Octavio Augusto y Marco Antonio. «Las mujeres han sido silenciadas en el relato histórico», sentencia Santiago Posteguillo, premio Planeta 2018 y gran conocedor del mundo clásico, que aparca la pluma para corregir un desajuste histórico y convertirse en maestro de ceremonias de ‘El Corazón del Imperio’, la nueva serie documental que hoy estrena Movistar+.
Dirigida por Israel del Santo (‘Lola’, ‘El Palmar de Troya’) y con el asesoramiento de expertas en la Antigua Roma, Posteguillo participa como asesor histórico, revisa los guiones y presenta los seis episodios, pero sobre todo descubre «a mujeres autónomas, independientes, capaces, inteligentes y que pudieron hacer las cosas como los hombres y muchas veces mejor que ellos». Fulvia, encarnada en la recreación ficcionada por Sandra Escacena, comandó legiones, y Julia Mesa, interpretada por Aitana Sánchez-Gijón, llegó a ser senadora, pero hubo más. Gladiadoras, esclavas, vírgenes vestales, emperatrices... «En pleno siglo XXI me parece otra forma de construir igualdad recuperar a estos personajes que existieron», asegura el escritor.
Al contrario que en el cine, donde abundan las licencias, ‘El Corazón del Imperio’ se apoya en el rigor para alumbrar a esas mujeres que estuvieron en la sombra. Nada de «innecesarios anacronismos» porque, asegura, «la Historia de Roma es tan apasionante que, en sí misma, es mucho más sorprendente de lo que cualquier guionista pudiera imaginar». Convencido del poder didáctico del formato de la producción «para dar a conocer la Historia», Posteguillo no escatima en verdades sobre el Imperio y reconoce que está idealizado. Más allá del legado cultural que pervive, «era una sociedad de extremos», violenta, esclavista y que tenía a la mujer postergada. «Pero de ella venimos, conocerla bien nos puede ayudar a entender mejor dónde estamos hoy en día», reflexiona el escritor, que justifica la fascinación por el Imperio en la importancia de lo que fue España para Roma, aunque se haya contado peor que los anglosajones. «Britania era poco menos que una esquina del Imperio, pero supieron sacarle partido a recontar el mundo romano a su manera», explica. «Nosotros dimos emperadores, fuimos más importantes pero, como en otros ámbitos de nuestra Historia, no hemos sabido explotarlo narrativamente».