ABC (1ª Edición)

Rubén Amoretti, el tenor que se convirtió en bajo por un tumor

▶ El cantante burgalés, que acaba de participar en ‘La tabernera del puerto’ en el Teatro de la Zarzuela, padecía acromegali­a, una enfermedad que provocaba el crecimient­o continuo de sus cuerdas vocales

- JULIO BRAVO

Rubén Amoretti se aficionó a la ópera en el Teatro de la Zarzuela, donde acaba de participar en ‘La tabernera del puerto’. Cantaba en una banda de rock, en su Burgos natal; de ahí pasó a los boleros, los tangos y a la tuna. Alguien le dijo que tenía voz de tenor, y se vino a Madrid para escuchar una ópera. «Me quedé alucinado». Tenía 23 años y dos más tarde de aquella experienci­a empezó a estudiar canto. «Intenté hacerlo en Madrid, pero era un poco golfete y estaba todo el día de fiesta –confiesa el cantante–, así que me fui a Suiza. Me vino muy bien». Por aquel entonces, Rubén Amoretti era tenor lírico-ligero y empezaba una carrera prometedor­a dentro de esa cuerda. Pero... «Yo notaba que me dolían mucho las articulaci­ones y la cabeza –relata Amoretti–, y empecé a tener problemas y a perder notas agudas».

Y es que, sin saberlo, el cantante padecía acromegali­a, una enfermedad debida a la excesiva secreción de hormona del crecimient­o. «La padecemos tres de cada un millón de personas». La razón era que tenía, sin saberlo «un tumor en el cerebro, en la hipófisis. La consecuenc­ia es que todo sigue creciendo, en distintos grados según cada persona; la mandíbula, la nariz... En mi caso se produjo a nivel interno, y las cuerdas vocales, que en los tenores son más pequeñas y en los bajos más grandes, seguían creciendo. Perdía medio tono cada semana. Me estaba volviendo loco y tuve que dejarlo».

Fue una época terrible, recuerda Amoretti, pues a la situación anímica y económica que supuso su retirada se unió su divorcio y la muerte de su madre. «No sabía qué iba a ser de mi, no sabía qué hacer». El cantante se rehizo y formó un grupo de tango; «empecé a dar conciertos y a dar clases. En un viaje, en Venecia, se sentó al piano en el hotel y empezó a hacer escalas... «Me di cuenta de que llegaba hasta el Do por abajo, una nota que incluso muchos bajos no tienen. Llamé a mi amigo Roberto Alagna a las seis de la mañana para contarle que creía que era barítono. Nos vimos unos días después y me dijo que no, que era bajo».

Con su ‘nueva’ voz, quiso reemprende­r su carrera, pero no resultó fácil. No conseguía que los teatros le escucharan. Hasta que un director argentino le contrató para cantar la ‘Petite Messe Solennelle’. Un espectador de aquel concierto, médico, se le acercó. Le había visto como tenor y estaba sorprendid­o. «Su caso es físicament­e imposible, me dijo –recuerda Amoretti–. Me preguntó si me dolían las articulaci­ones y la cabeza y me diagnostic­ó: creo que usted tiene un tumor en la cabeza».

El espectador tenía razón. «Me hice un escáner y apareció el tumor. Me recomendar­on que me operara porque si no el corazón iba a seguir creciendo y moriría pronto. Yo no quería hacerlo, y estuve dos años con tratamient­o hasta que no quedó más remedio porque empezaba a ser peligroso». Cuando se despertó tras la operación, «lo primero que hice fue probar mi voz para comprobar si seguía teniéndola».

Le costó mucho volver a entrar en el circuito, pero poco a poco fue regresando a los teatros y recuperand­o su carrera. Un guionista en Estados Unidos, Gregory Jordan, conoció su historia y el próximo año está previsto que empiece a rodarse una película sobre su caso absolutame­nte singular, pero «también –concluye– con mi caída a los infiernos y mi historia de superación».

Operación Un espectador que era médico y le había visto cantar como tenor, lo oyó con su ‘nueva voz’ de bajo y se sorprendió. A partir de ahí se descubrió el tumor

 ?? // ISABEL PERMUY ?? Rubén Amoretti, en el patio de butacas del Teatro de la Zarzuela
// ISABEL PERMUY Rubén Amoretti, en el patio de butacas del Teatro de la Zarzuela
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain