Sumar es superchuli

Lo más novedoso del proyecto de Díaz, que se llama Sumar, es que empieza restando, pues lo primero que ha hecho es ponerles la cruz a los restos de la dirigencia de Podemos

En un lugar destacado entre la montaña de «cosas chulísimas» que dice Yolanda Díaz que está haciendo se encuentra Sumar, que es el nombre que le ha puesto a una plataforma electoral que debe vertebrar el yolandismo, la casa común a mano izquierda del PSOE donde cabe cualquier progre ibérico que se tenga por tal salvo aquellos que estén en la actual dirección podemita, que al parecer restan. Díaz se acaba de borrar de un festolín preparado por Belarra para celebrar la primavera (no se puede ser más cursi) para que nadie dude de que ella ya no tiene que ver nada con el partido morado –«¿Podemos, me dice usted? pues no caigo...»– que aquello le parece muy distante, ajeno, pese a que hace año y medio estaba haciéndole la ola al entonces jefe del invento, hoy metido a multitertuliano después de la última tunda que se llevó en las urnas. Tras la chapuza de la candidatura ‘roji-verde-más o menos carmesí’ en Andalucía, el yolandismo marca territorio a la espera de que se sumen al invento las ‘otras políticas’ que reunió en Valencia en noviembre y de las que Díaz no quiere saber nada desde que la mitad del cónclave feminista (Colau y Oltra) ande imputada en los tribunales. Colau, por ejemplo, prefiere ir por libre y ayer anunció su intención de ‘tripitir’ como alcaldesa pese a que el Código Ético de su partido dicta que a los ocho años, todos fuera. Para Ada Colau cuatro, más cuatro, más cuatro son ocho. Sumar es tan superchuli, tan diferente a todo lo conocido, que lo mismo resta que se equivoca echando la cuenta.