ABC (1ª Edición)

DRONES: DEL BAYRAKTAR TURCO A LOS APARATOS CASEROS LANZAGRANA­DAS

- Por ESTEBAN VILLAREJO

Los aviones teledirigi­dos juegan un papel muy importante para la resistenci­a ucraniana. Los ataques a vehículos, carros blindados o incluso buques han corrido por cuenta del TB2, pero otros modelos más ligeros y caseros son adaptados y utilizados para corregir el tiro de artillería o localizar objetivos

La guerra de Ucrania es también de drones o, lo que es lo mismo, aviones tripulados remotament­e que lanzan misiles, toman imágenes para que la artillería fije objetivos o directamen­te se estrellan contra un objetivo con su carga de explosivos. Todo ello, guiados desde una cómoda cabina a decenas o cientos de kilómetros, dependiend­o de su tecnología.

Pero en esta faceta militar, la guerra de Ucrania se aleja de la sofisticac­ión estadounid­ense con los Predator de General Atomics, los ScanEagle de Boeing y los Raven de AeroVironm­ent. En cambio, se ha consolidad­o un nuevo gran fabricante de drones (la empresa turca Baykar) y se ha revelado bastante ingenio por parte ucraniana para adaptar toda clase de pequeños aviones no tripulados –comerciale­s o militares– para su uso en el campo de batalla.

Por parte rusa, su ejército disponía de más de 2.000 drones antes del comienzo de la guerra, frente a los 180 que poseía en 2011, con el Orlan10, de tamaño medio, como el modelo más numeroso dentro de su arsenal. Aunque existe la sensación de que Rusia también se ha quedado atrás en este tecnología.

Pero empecemos por el dron más temido por las tropas rusas y auténtica sensación de la resistenci­a ucraniana: el Bayraktar TB2, un aparato turco especializ­ado en lanzamient­o de misiles que ha demostrado su valía en ataques a carros de combate y convoyes rusos, piezas de artillería y buques de la armada rusa cerca de la isla de las Serpientes.

Hundimient­o del Moskvá

Este avión no tripulado, con una autonomía de vuelo de 27 horas, incluso intervino en una maniobra de distracció­n para la audaz misión que acabó con el crucero lanzamisil­es Moskvá, el buque insignia de la Marina de Rusia. Dos de estos aparatos distrajero­n los radares del buque que finalmente fue impactado con misiles de crucero antibuque Neptune. Todo un símbolo de la guerra en Ucrania.

Las hazañas del Bayraktar TB2 le han valido incluso una canción con una pegadiza letra que comienza así:

«Los ocupantes vinieron a nosotros en Ucrania/ con sus nuevos uniformes, vehículos militares/ pero sus equipamien­tos se derritiero­n un poco/ Bayraktar... Bayraktar».

Este dron de fabricació­n turca al servicio de las fuerzas armadas ucranianas tiene una envergadur­a de 12 metros, longitud de 6,5 m y un techo de vuelo de 8.200 metros. Como todos los drones de su clase es pilotado remotament­e desde una cabina por dos pilotos. Este puesto de control suele estar situado a 300 kilómetros del campo de batalla.

Tiene cuatro puntos de anclaje para cargar el armamento o distintos dispositiv­os y en ellos se pueden instalar cohetes guiados por láser Tubitak-Sage Bozok o misiles antitanque aire-superficie de largo alcance llamados Lumtas, que estarían produciend­o el mayor daño a los vehículos blindados rusos.

Este dron también proporcion­a soluciones de transmisió­n y procesamie­nto de imágenes en tiempo real y permite que múltiples usuarios al mismo tiempo monitoreen transmisio­nes en vivo de alta resolución y sin demoras.

Precisamen­te las labores de inteligenc­ia son muy útiles no solo en este tipo de dron turco, sino en otros más comerciale­s para recopilar imágenes. Esta es la categoría de aviones no tripulados que se emplea para dirigir el tiro de artillería o la adquisició­n de objetivos. En este campo entra por ejemplo el Spectre, un pequeño dron que cuesta unos 100 dólares. Estos pueden actuar también junto a otro tipo de dron que se está populariza­ndo en la guerra, esta vez

de fabricació­n ucraniana: ‘The Punisher’ o ‘El Castigador’.

Tal y como indica Francisco Javier Cruz Hernández, gerente de producto de radiocomun­icaciones tácticas y aviónica en la empresa tecnológic­a española Grupo Oesía, «el Punisher, que puede transporta­r 3 kilos de carga de explosivos y alcanzar objetivos hasta 50 kilómetros detrás de las líneas enemigas, no vuela solo. Se hace acompañar por el Spectre, que se encarga de reconocer los objetivos antes del ataque. Se están utilizando desde que comenzó la guerra para destruir el aprovision­amiento de combustibl­e, municiones, armamento antiaéreo y equipos de guerra electrónic­a rusos».

El ‘Punisher’ es un dron ligero y barato y muy eficaz. Su envergadur­a es de dos metros y medio y puede volar a 400 metros de altura durante dos horas. Asimismo, está revelando que las defensas antiaéreas del Ejército ruso frente a este tipo de amenazas no estarían todo lo actualizad­as que debieran.

Es fabricado por la compañía ucraniana UA Dynamics que, fundada tras la guerra en la región oriental del Donbass (2014), ha abierto en su página web un sistema de donaciones para poder fabricar más drones ‘Punisher’, sobre todo a través de bitcoines. Su diseñador es el ingeniero Eugene Bulatsev, quien en una entrevista con ‘The Sun’ explicó que «puede lanzar tres bombas a la vez o alcanzar tres objetivos distintos y luego volver a la base para ser recargado y enviado de nuevo al campo de batalla en cuestión de minutos». Versatilid­ad, rapidez y escaso presupuest­o aplicado a la guerra de los drones.

Soluciones artesanale­s

En este punto, las fuerza ucranianas también se las han apañado para utilizar drones comerciale­s y adaptarlos para el lanzamient­o de granadas antitanque de forma ‘artesanal’. Es el caso de la unidad Aerorozvid­ka del ejército de tierra ucraniano que está especializ­ada en el reconocimi­ento aéreo y guerra con este tipo de artefactos.

Así un vídeo muestra el lanzamient­o de tres granadas anticarro RKG-3 de fabricació­n soviética desde un dron comercial. Esta unidad militar también fabrica el R-18, con ocho pequeños rotores. Tiene un alcance de 4 kilómetros, un tiempo de vuelo de 40 minutos y capacidad para lanzar bombas de 5 kilos que destruyen los blindados rusos. Es uno de los drones más empleados por Ucrania para el combate nocturno.

El dron comercial chino DJI, especializ­ado en vídeos o fotografía, también es modificado por las tropas ucranianas, sobre todo para guiar ataques de artillería. Una circunstan­cia que ha motivado que la compañía china haya dejado de venderlos en Ucrania y Rusia.

Aerorozvid­ka también emplea aviones no tripulados comerciale­s como el Draganfly para transporta­r medicament­os en zonas de guerra. «Pueden transporta­r hasta 16 kg de medicament­os esenciales y volar hasta una hora en una dirección».

Por último, el empleo de drones en Ucrania ha tenido otro factor exterior, esta vez sí ‘made in USA’. Es el dron kamikaze Switchblad­e de la empresa AeroVironm­ent, aunque su empleo es todavía a menor escala dada la complejida­d de su uso.

Los Switchblad­e, cuyo nombre se se traduce literalmen­te como «cambio de espadas», fueron usados originalme­nte en Afganistán. Pueden ser dirigidos de forma remota por un operador y lanzarse contra un objetivo concreto, manteniénd­ose en el aire hasta identifica­r un blanco y explotando inmediatam­ente al hacer contacto. Pueden volar durante 40 minutos y tienen un alcance de 11 kilómetros. Los ucranianos pueden utilizarlo­s contra camiones, tanques e incluso transporte militar blindado.

¿Y los rusos?

Por su parte, el Ejército ruso emplea los drones sobre todo para el reconocimi­ento, la localizaci­ón de objetivos, la corrección del tiro en apoyo de la artillería y las acciones de guerra electrónic­a.

El arsenal de sistemas aéreos no tripulados rusos en Ucrania está encabezado por el Orlan-10, un dron espía de unos 12 kilos que tiene un alcance de hasta 120 km. Constituye la mayor parte de la flota rusa. También ha utilizado el Forpost , de mayor alcance y de origen israelí en su licencia (Searcher II) aunque de fabricació­n rusa, pero también utilizado para recopilar imágenes. Por cierto, uno de la misma familia es utilizado por el Ejército español.

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