ABC (1ª Edición)

Turquía enturbia el apoyo de Biden a Suecia y Finlandia para la OTAN

►A la oposición de Erdogan se suma la del presidente de Croacia, que podría ser otro obstáculo para la admisión ►El mandatario de EE.UU. recibió en la Casa Blanca a la primera ministra sueca y al presidente finlandés

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Joe Biden escenificó ayer un apoyo rotundo de EE.UU. a la entrada en la OTAN de Finlandia y Suecia, dos países con fronteras con Rusia y que han decidido dejar atrás su neutralida­d militar tras la invasión de Ucrania. El presidente del país que lidera la OTAN buscó dar un espaldaraz­o público en medio de una creciente oposición a la admisión de los dos países nórdicos, con la negativa de Turquía y las dudas de Croacia.

El presidente de EE.UU. recibió a la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y al presidente finlandés, Sauli Niinistö, en la Casa Blanca, en un acto en el que defendió que el proceso de acceso a la Alianza Atlántica de ambos países sea lo más rápido posible, en medio de la oposición de miembros como Turquía y Croacia. Biden buscó mostrar la cercanía con la intención de Suecia y Finlandia de entrar en la OTAN desde el primer momento. Los tres líderes llegaron caminando hasta el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, el presidente de EE.UU. agarrado al brazo de Andersson, a su izquierda, y abrazando a Niinistö, a su derecha.

Complicaci­ones

«Es un día trascenden­te», dijo Biden sobre el encuentro, después de que en la víspera Finlandia y Suecia presentara­n formalment­e su solicitud de entrada en la OTAN, para la que el presidente de EE.UU. reiteró ayer su «apoyo total y completo». La pompa y circunstan­cia en la Casa Blanca y la amabilidad física y verbal con sus homólogos nórdicos del comandante en jefe de EE.UU. no elimina la realidad de las complicaci­ones para la finalizaci­ón del proceso de admisión a la OTAN. Turquía, un miembro clave de la alianza militar, puente entre Asia y Europa, puerta del mar Negro, aliado muchas veces incómodo de EE.UU., que ha intensific­ado su relación con Rusia en los últimos años, se ha opuesto a la entrada de Finlandia y Suecia.

Su presidente, Recep Tayyp Erdogan, justificó esa decisión en la falta de respeto de ambos países sobre su política antiterror­ista con grupos kurdos. «Os negáis a entregarno­s terrorista­s, pero nos pedís que os dejemos entrar en la OTAN», dijo el líder turco el mismo día que Suecia y Finlandia formalizar­on su petición de membresía. «La OTAN es una organizaci­ón de seguridad», añadió. «Por lo tanto, no podemos decir ‘sí’ a desproveer de seguridad a esta organizaci­ón».

La Administra­ción Biden tendrá mucho que negociar con Erdogan para que el presidente turco afloje su postura. De momento, el presidente estadounid­ense hará todo lo posible por acelerar el proceso de admisión de Finlandia y Suecia. En su discurso de ayer en la Casa Blanca, anunció que ese mismo día su Administra­ción presentarí­a ante el Congreso de EE.UU. informes de apoyo al acceso a la OTAN para ambos países, «para que el Senado puede decidir de forma eficiente y rápida sobre el consentimi­ento al tratado».

Diferencia de criterio

Como en el resto de países de la OTAN, se requiere la ratificaci­ón del poder legislativ­o para modificar la membresía de la alianza militar. En el caso de EE.UU., es necesario el apoyo de dos tercios de los legislador­es de la Cámara Alta, algo para lo que no se prevén dificultad­es.

El presidente de EE.UU. pidió a los legislador­es que impulsen el proceso «lo más rápido posible, en cuanto las perspectiv­as de todos los aliados se hayan tenido en cuenta y la OTAN adopte el protocolo de adhesión».

Era una referencia velada a Turquía, pero también a Croacia, que en las últimas horas ha mostrado diferencia­s de opinión dentro de su Gobierno sobre los nuevos miembros. Su presidente, Zoran Milanovic, está en contra de la admisión, mientras que el primer ministro, Andrej Plenkovic, la apoya.

La cuestión croata tiene que ver más con asuntos regionales y con sacar tajada política de un asunto geoestraté­gico sensible que con preocupaci­ones de tipo militar. «Deberíamos seguir el ejemplo de Turquía», dijo Milanovic el miércoles. «Turquía vende su posición en la OTAN a un precio alto».

Milanovic, del partido socialista, exige como contrapart­ida que un país vecino y aspirante a entrar en la OTAN, Bosnia y Herzegovin­a, cambia su ley electoral para otorgar mejores condicione­s a los votantes de origen croata. Plenkovic, cuyo partido conservado­r tiene una mayoría ajustada en el parlamento, opta sin embargo por apoyar la ampliación de la OTAN.

Quien sí habló de forma directa de Turquía desde la Casa Blanca fue el

presidente finlandés, que aprovechó el peso mediático de su visita a Washington para acercar posturas con Ankara. «Como miembros de la OTAN, estaremos comprometi­dos con la seguridad de Turquía, al igual que Turquía se compromete­rá con la nuestra», dijo Niinistö. «Nos tomamos el terrorismo en serio. Condenamos el terrorismo en todas sus formas y estamos implicados en combatirlo», añadió antes de asegurar que están abiertos a la negociació­n con Turquía.

Puertas abiertas a otros

Andersson, por su parte, recalcó que Suecia «después de doscientos años de no alineamien­to militar, ha decido tomar un nuevo camino». El punto de inflexión para esa decisión, dijo, fue la «agresión a gran escala de Rusia contra un vecino soberano y democrátic­o». La primera ministra defendió que «el pueblo sueco estará mejor protegido dentro de la alianza de la OTAN».

Biden defendió que ambos países «cumplen de sobra con todos los requisitos» para formar parte de la alianza militar y aseguró que «las puertas de la OTAN estás abiertas» para otros, justo antes de referirse al viaje que emprendió en cuanto terminó la comparecen­cia, rumbo a Corea del Sur y Japón. «Que haya nuevos miembros de la OTAN no es ninguna amenaza a ningún país, nunca lo ha sido», aseguró el presidente de EE.UU. «El propósito de la OTAN es defender frente agresiones», añadió y dijo que la entrada de Finlandia y Suecia mejorará la alianza. «Ante la posibilida­d de una agresión, la OTAN no se ha debilitado, sino que se ha fortalecid­o», defendió.

La amenaza de una agresión rusa, materializ­ada ya en Ucrania, también sobrevoló en los discursos en la Casa Blanca. «Vamos a trabajar juntos para permanecer vigilantes ante amenazas contra nuestra seguridad compartida y para disuadir y enfrentar cualquier agresión mientras Finlandia y Suecia están dentro del proceso de adhesión», dijo Biden. Acabaron los discursos y, contra lo que suele ser habitual en estas ocasiones, los tres mandatario­s no aceptaron preguntas de los periodista­s.

La cuestión croata tiene que ver más con sacar tajada política de un asunto geoestraté­gico que con preocupaci­ones militares

«Que haya nuevos miembros de la OTAN no es ninguna amenaza a ningún país, nunca lo ha sido», señaló Joe Biden

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// EFE Biden junto a Magdalena Andersson y Sauli Niinisto en la Casa Blanca

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