Putin destituye a altos mandos militares por sus fracasos en la invasión de Ucrania
► El fiasco de Járkov, una de las razones de la purga, según la Inteligencia británica
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha despedido en las últimas semanas a altos comandantes de sus fuerzas armadas debido a su deficiente desempeño durante las etapas iniciales de la invasión de Ucrania. Según el Ministerio de Defensa británico, el teniente general Serhiy Kisel, que comandaba el primer Ejército de Tanques de la Guardia de élite, ha sido suspendido por no haber cumplido la misión de tomar Járkov, una ciudad que fue bombardeada desde el comienzo de la guerra y de la que finalmente los rusos fueron expulsados.
También «es probable que el vicealmirante Igor Osipov, que comandaba la Flota del mar Negro de Rusia, haya sido suspendido tras el hundimiento del crucero Moskvá en abril», detallaron fuentes del ministerio en un comunicado en su cuenta de Twitter. El barco insignia de Rusia, uno de los buques de guerra más simbólicos desde la Segunda Guerra Mundial, fue atacado por dos misiles ucranianos tipo Neptuno –según versión de Kiev; Moscú habló de «accidente»–, incidente que provocó que las familias de los soldados desaparecidos exigieran explicaciones a las autoridades de Defensa rusas, que se limitaron a guardar silencio. Entonces, algunas familias denunciaron en la prensa extranjera que muchos de los desaparecidos eran jóvenes que apenas superaban los 18 años y sin experiencia militar.
La Inteligencia británica mencionó también a otro alto cargo ruso, al afirmar que «es probable que el jefe del Estado Mayor de Rusia, Valeriy Gerasimov, permanezca en el cargo, pero no está claro si conserva la confianza del presidente Putin». Según los británicos, «una cultura de encubrimientos y chivos expiatorios probablemente prevalece dentro del sistema militar y de seguridad ruso» por lo que ven muy probable que muchos funcionarios que han participado en la guerra, que se acerca a sus primeros cien días, estén preocupados por sus puestos. «Es probable que esto ejerza una mayor presión sobre el modelo centralizado de mando y control de Rusia, ya que los oficiales buscan, cada vez más, aplazar las decisiones clave a sus superiores». En estas circunstancias, Londres cree que «será difícil que Rusia recupere la iniciativa».
Por otro lado, el Gobierno de Boris Johnson dio a conocer ayer un nuevo paquete de sanciones contra las aerolíneas rusas Aeroflot, Rossiya Arilines y Ural, lo que le permitirá a Londres congelar los bienes de estas compañías. Hasta el momento «hemos sancionado a más de mil personas y más de cien empresas» relacionadas con Putin, sanciones con la que se pretende, entre otros objetivos, «paralizar la maquinaria de guerra de Rusia para ayudar a garantizar que Putin pierda la guerra en Ucrania».