Descubren el romance secreto de la hija de Putin con un director de ballet
► Èl ha dimitido de la Ópera Estatal de Baviera. Ella, separada, volaba a Múnich con frecuencia para verle
Aprincipios de abril, el director de ballet de la Ópera Estatal de Baviera tuvo que irse por motivos «privados familiares». Nadie sospechaba que el ruso
Igor Zelenski tuviese alguna relación especial con el Kremlin porque en privado hablaba abiertamente contra la invasión rusa de Ucrania y porque no puso ningún problema cuando, desde la dirección de la institución estatal, se le instó a hacer alguna declaración pública al respecto. Su intempestivo viaje, sin embargo, truncó los planes para la declaración pública e hizo oficial su dimisión después de haber viajado a Rusia.
Los responsables de la Ópera Estatal de Baviera, que todavía contemplaban que su marcha fuera temporal, se han enterado ahora por los medios rusos de que su pareja es la hija pequeña de Putin. Katerina Vladimirovna Tikhonova es la menor de las dos hijas de Putin. Nació en 1986 en Dresde, donde su padre trabajaba como agente del KGB antes de la caída del Muro de Berlín. Estudió Estudios Japoneses y trabaja como científica administrativa en Moscú, aunque también administra fundaciones multimillonarias y muy influyentes, aunque jamás expone su intimidad y apenas hay hasta ahora fotografías suyas publicadas.
De la pareja junta nunca se ha publicado una foto. A la luz de esta relación, descubierta por una investigación del portal crítico con el Kremlin ‘Istories’ y que en Alemania ha publicado ‘Der Spiegel’, Katerina ha volado a Múnich más de cincuenta veces en los últimos dos años. «Esta información es completamente nueva para nosotros, él nunca comentó nada sobre su vida privada, de todos modos, era muy reservado y no hacía mucha vida social en Múnich», ha declarado un portavoz del Ballet Estatal de Baviera. «Mantenía separado por completo su trabajo de su vida personal», afirma. Separada y caprichosa ‘Istories’ publica pruebas, basadas en billetes de avión y otros documentos, de que la hija de Putin ha pasado largas temporadas en la capital bávara, en la que estaba prácticamente instalada durante parte del año. El 9 de diciembre de 2019, por ejemplo, viajó con «una niñera, una profesora de piano y tres empleados del servicio secreto». La afición de Tikhonova por el lujo es bien conocida y era una cliente habitual de las boutiques de Múnich, en las que varios empleados la han reconocido cuando se les han mostrado fotografías.
Nadie sabe cuándo ni cómo se conocieron Tikhonova y Zelenski. Según fuentes cercanas al Kremlin, la hija de Putin, de 36 años, se separó de su primer marido en 2017, y desde entonces vuela regularmente a la capital bávara. El asunto es políticamente explosivo no solo por los evidentes lazos familiares de Zelenski con Putin, sino también porque el coreógrafo y exbailarín estrella forma parte del consejo de administración de una fundación desde 2018 que, por instrucciones personales de Putin, se financia con los ingresos del petróleo. Sin embargo, hasta el momento ninguno de los proyectos planificados por esta fundación se ha completado. Su dirección informó que «debido a la pandemia, cientos de empleados» de la fundación fueron despedidos. y Katerina son el secreto mejor guardado de Putin y los servicios de inteligencia occidentales sospechan que la mayor parte de sus activos están repartidos en el extranjero a nombre de sus dos hijas. «Estoy orgulloso de ellas. Yo nunca hablo de asuntos relacionados con mi familia. No se dedican a los negocios ni a la política. Simplemente viven su vida y lo hacen dignamente», dijo el presidente ruso en diciembre de 2015, en una de las contadísimas ocasiones en las que se ha referido a ellas.
A mediados de marzo, Putin insultó a todos los compatriotas que «se acomodan en el extranjero» con «ostras y foie-gras» como «traidores a la patria». ‘Istories’ señala que Zelenski se sintió aludido por esas palabras debido a su ‘dolce vita’ en Múnich, donde había extendido su contrato hasta 2025.