«Es una ley para politizar el pasado y usarlo como arma en el presente»
Francesc de Carreras Jurista, militante antifranquista y promotor de Cs
La memoria histórica, advierte Francsc de Carreras, «es individual, no colectiva». Es la construcción subjetiva de un relato a partir de vivencias, recuerdos o impresiones, algo bien distinto a la Historia, que es fruto del trabajo de los historiadores. Hacer de la memoria algo colectivo por ley es fabricar «una historia oficial», indica. «El concepto de memoria histórica es una manipulación de la historia por parte de los poderes públicos, del Estado», afirma a ABC este jurista nacido en 1943, que militó en la izquierda antifranquista catalana del PSUC durante la recta final de la dictadura. Abandonó ese partido avanzados los años 80, crítico por la deriva de corte nacionalista que, después, también lamentó al observar el recorrido del PSC. Fue catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona y uno de los intelectuales que promovieron la creación de Ciudadanos para llenar el espacio del centro-izquierda constitucional en Cataluña. Abandonó Cs, defraudado por la negativa de Albert Rivera a formar gobierno con Pedro Sánchez tras las elecciones generales de abril de 2019, lo que acabó provocando la repetición electoral que condujo al actual Ejecutivo del PSOE con Unidas Podemos, apuntalado en el Congreso por el independentismo.
De Carreras censura esos arreglos trabados entre el PSOE y las órbitas radicales entre las que se cuentan los herederos políticos de ETA, Bildu. Alianzas que, a su juicio, conducen a una ley de Memoria que, entre otras cosas, blanquea al terrorismo etarra. «Se pretende olvidarlo, esconder una parte de nuestra historia que es muchísimo más reciente que la Guerra Civil, porque olvidar el terrorismo es algo que interesa a quienes están actuando en política con sus mismos fines ideológicos», afirma.
El resultado, explica, es una ley que se aparta de la historia, que la manipula interesadamente con fines políticos y que cuestiona el régimen democrático, al que precisamente combatió ETA a sangre y fuego. «Es una ley para politizar el pasado y utilizarlo como arma en el presente», a costa de reactivar «viejas luchas mediante una ley antiliberal, porque construir una historia oficial es una acción clarísimamente antiliberal», afirma Francesc de Carreras.
La participación que el PSOE ha dado a Bildu en la redacción de esta ley la vicia gravemente, denuncia este intelectual catalán. Que en las 48 páginas del proyecto de ley no aparezcan ni una vez las palabras ETA, terrorismo, terrorista o víctimas del terrorismo es, según este jurista, «el resultado palpable de que ha sido elaborada dentro de los pactos de los dos partidos del Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, con los herederos de quienes en su día fueron terroristas y ahora no quieren que se les reproche su carácter antidemocrático». Con la ley de Memoria «se está utilizando la política de la manera más torticera posible, que es violando la verdad del pasado», concluye De Carreras.
«Se pretende olvidar el terrorismo y se viola la verdad del pasado»