«El fin del ‘procés’ y del 15-M traerán el cambio a Barcelona»
Jaume Collboni Líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona
–¿En qué momento está Barcelona?
–Esta ciudad va bien, retiene el Mobile hasta 2030, alberga los congresos con más asistencia de toda Europa, acogerá la Copa América de 2024, tiene los niveles de empleo y creación de empresas más altos de toda España... Hay temas que se arrastran desde hace años, pero tienen mucho que ver con el contexto político, que ha lastrado nuestra proyección internacional.
–El nacionalismo trató de arrinconar Barcelona. También con el ‘procés’.
–El ‘procés’ es la versión elevada a la décima potencia del peor pujolismo. El sueño del independentismo es anular Barcelona y su capacidad de proyectarse al mundo, de tener personalidad y agenda propia. De hecho, el pacto de coalición entre los comunes y el PSC que gobierna la ciudad surge porque la disyuntiva que se presenta en 2019 es clara: o gobierno de los comunes con ERC o con el PSC. Más proceso o más progreso. O seguíamos con la vía del conflicto, que es lo que representa ahora ERC, o una vía que es la que propusimos junto a Manuel Valls, que es la de afrontar los problemas reales. El balance de estos años es muy positivo.
–El ‘procés’ ha sido un mal negocio.
–Fuimos el escaparate del conflicto: vimos manifestaciones pacíficas, pero también violentas. Seguramente en ciudades del interior de Cataluña eso no tiene consecuencias, pero a Barcelona le ha perjudicado mucho. Las empresas se fueron y muchas eran de Barcelona. En la medida en que superemos el ‘procés’, Barcelona ganará fuerza y protagonismo. Creo que eso no es antitético a Cataluña: una Barcelona fuerte refuerza a Cataluña y refuerza a España, porque somos la otra gran ciudad española. La situación se va normalizando.
El ‘procés’ agoniza.
–En las elecciones de 2023 se planteará la misma disyuntiva.
–Sí, pero a diferencia de entonces ahora estamos en el fin del ciclo del ‘procés’ y del 15-M y de sus manifestaciones políticas asociadas, y este cambio de coyuntura va a propiciar un cambio político en la alcaldía. Se va a abrir una nueva etapa en 2023 en Barcelona.
–El PSC llega a las elecciones coaligado en un gobierno liderado por Ada Colau. El gobierno del no al Aeropuerto, del no al Hermitage, del antiturismo… Pueden verse arrastrados.
–Mire, nosotros somos responsables de haber dado estabilidad a la ciudad: ni la Copa América, ni el MWC hasta 2030, ni la extensión del distrito de negocios 22@ los hubiésemos tenido sin un gobierno estable. Paramos los pies al independentismo y dimos estabilidad al gobierno municipal.
–¿En qué se distinguen de Colau?
–En contenidos, las diferencias con los comunes son evidentes: estamos por el crecimiento, no por el decrecimiento, a favor del Hermitage, de un Aeropuerto cuya no ampliación, por cierto, es responsabilidad principal de la Generalitat… Una
Barcelona sin prejuicios ideológicos. También en seguridad: hace tres años teníamos un problema enquistado con el ‘top manta’ y eso ya no existe, tenemos la mayor plantilla de la Guardia Urbana. Quien más sufre la inseguridad son los sectores vulnerables: la seguridad es un derecho público básico, política de seguridad es política social.
–Pues hay percepción de inseguridad.
–Efectivamente, ahí tenemos un reto, pero las cifras reales de delitos no se corresponden con esa percepción. Con la reforma del Código Penal para afrontar la multireencidencia esto cambiará.
–Madrid está en fase expansiva. ¿La cocapitalidad está en cuestión?
–No, y no creo que tengamos que entrar en una comparativa constante con Madrid. Estoy encantado con que a Madrid le vaya bien, hay muchos campos de colaboración, pero Barcelona tiene que competir consigo misma. Nuestro modelo es el de una ciudad cohesionada, policéntrica, equitativa y sostenible. Nuestro modelo económico es el de la diversificación en base a la atracción de talento y tecnología. No creemos en un modelo desregulado, de economía de plataforma. Voy a Madrid y es un modelo distinto. No lo quiero para Barcelona. Y las cifras señalan que en cuanto a recuperación económica y paro, los números aquí son mejores. Algo estamos haciendo bien en Barcelona sin necesidad de acudir al modelo neoliberal desregulado de Madrid.