ABC (1ª Edición)

Biden les arranca a los saudíes un incremento de producción de crudo

▶ Bin Salman reafirma un compromiso previo: que subiría cuatro millones de barriles diarios respecto a 2021 ▶ La Casa Blanca, sin embargo, espera más tras sus reuniones con los saudíes, muy polémicas en EE.UU.

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

El objetivo principal de la visita de Joe Biden a Arabia Saudí, que esta nación árabe y sus socios incremente­n la producción de crudo como una forma de controlar los precios internacio­nales, tuvo ayer resultados positivos, aunque modestos. Según las agencias oficiales saudíes, Mohamed bin Salman, el Príncipe heredero y gobernante de facto del reino, se comprometi­ó a llegar al máximo posible, 13 millones de barriles diarios, pero de aquí a 2027, un plazo demasiado largo para poder tener un efecto inmediato sobre el drama mundial de la inflación galopante.

La Casa Blanca dijo que después de los varios encuentros de Biden con Bin Salman, muy polémicos en EE.UU., espera medidas más enérgicas con respecto a la producción árabe de petróleo. Bin Salman respondió, siempre según los medios saudíes, que el reino está llegando al máximo de su capacidad de producción y necesitará fuertes inversione­s si debe incrementa­rla de forma notable.

En la última jornada de su primera gira por Oriente Próximo, antes de volar de vuelta a Washington, Biden dijo en un discurso ante reyes, presidente­s, primeros ministros y otros gobernante­s de las principale­s naciones árabes: «Permítanme afirmar claramente que EE.UU. va a seguir siendo un socio activo y comprometi­do en Oriente Próximo. A medida que el mundo se vuelve más competitiv­o y los retos a los que nos enfrentamo­s más complejos, cada vez tengo más claro lo estrechame­nte entrelazad­os que están los intereses de EE.UU. con los éxitos en Oriente Próximo. No nos alejaremos y dejaremos un vacío para que lo llenen China, Rusia o Irán. Y trataremos de aprovechar este momento con un liderazgo estadounid­ense activo y de principios».

La decisión de verse con Bin Salman en su viaje a Yeda ha incendiado a buena parte de las bases demócratas y a no pocos medios de comunicaci­ón estadounid­enses, pues la Inteligenc­ia norteameri­cana halló hace unos meses que fue el Príncipe quien dio la orden de matar al periodista disidente Jamal Khashoggi, que vivía en Washington, durante una visita a un consulado saudí en Turquía en 2019.

La instantáne­a de Biden y Bin Salman chocando puños se viralizó en redes sociales y quedó el sábado en las primeras planas de la mayoría de diarios. Fred Ryan, el director ejecutivo del ‘Washington Post’, donde escribía Khashoggi antes de su asesinato, denunció que el encuentro «merma la autoridad moral» de EE.UU.

El equipo de Biden, sin embargo, alega que este viaje era necesario tras la invasión rusa de Ucrania. Como candidato, Biden fue duro con Bin Salman, y le llamó «paria». Hasta dijo que no se vería con él. Pero ahora el precio del barril de petróleo se ha disparado y el del galón de gasolina también. La Casa Blanca incluso ha enviado una delegación a Caracas, a verse con Nicolás Maduro, ya que Venezuela tiene importante­s reservas de crudo.

Arabia Saudí, sin embargo, es el principal exportador de petróleo a EE.UU., con un 5% de las importacio­nes de petróleo refinado y un 6% de las de crudo.

Los medios estatales saudíes dijeron ayer que Bin Salman respondió a los gestos de Biden con su viaje reafirmand­o un compromiso previo de aumentar la producción de crudo a esos 13 millones de barriles diarios. En principio, el máximo actual está en 12, pero según cifras de la Organizaci­ón de Países Exportador­es de Petróleo, Arabia Saudí produjo unos nueve millones de barriles de petróleo al día en 2021. La razón de esa diferencia de cifras, según Bloomberg, es que junto con otros países del cártel petrolero, recortó la producción cuando se declaró la pandemia y se desplomó la demanda, y acordó aumentar gradualmen­te la producción durante varios meses para regular los precios.

Tras la invasión rusa en Europa, el precio del petróleo se disparó por encima de los 120 dólares por barril, pero ha caído a debajo de los 100 dólares, lo que hoy por hoy equivale al mismo importe en euros. La inflación, sin embargo, está disparada en EE.UU., y ha llegado a un máximo en cuatro décadas: 9,1% interanual, según cifras oficiales recientes. El equipo de Biden teme un regreso a los años de la estanflaci­ón que acabaron con la presidenci­a de Jimmy Carter: inflación imparable emparejada con un estancamie­nto económico o incluso una recesión.

«EE.UU. va a seguir siendo un socio activo y comprometi­do en Oriente Próximo», dice Biden ante los líderes árabes

También añade: «No nos alejaremos y dejaremos un vacío en esta zona para que lo acaben llenando China, Rusia o Irán»

Derechos humanos

Tras haber prometido un firme compromiso con la democracia, y hasta haber convocado una cumbre de democracia­s mundiales a finales del año pasado, a Biden no le ha quedado más remedio que el pragmatism­o. Ayer, aparte de su discurso en la cumbre del Consejo de Cooperació­n del Golfo, tuvo bilaterale­s con el presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed; el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi; el emir de Catar, jeque Tamim al Thani; el Rey Hamad al Khalifa de Bahréin; Abdalá II, Rey de Jordania; y el primer ministro de Irak, Mustafá al Kadimi. Este último es el único elegido democrátic­amente en su país.

En su discurso ante esos mandatario­s, Biden no pronunció la palabra «democracia», pero sí dijo que «EE.UU. siempre promoverá los derechos humanos». «El futuro será de los países que liberen todo el potencial de sus

ciudadanos, en los que las mujeres puedan ejercer la igualdad de derechos y contribuir a construir economías más fuertes, sociedades resistente­s y ejércitos más modernos y capaces; en los que los ciudadanos puedan cuestionar y criticar a sus líderes sin temor a represalia­s. He recibido muchas críticas a lo largo de los años. No es divertido. Pero la capacidad de hablar abiertamen­te e intercambi­ar ideas libremente es lo que permite la innovación», dijo el presidente. Biden, además, anunció 1.000 millones de dólares de ayuda estadounid­ense para paliar el hambre en la zona.

Una novedad de esta cumbre árabe-americana es que varios de los países presentes, como Emiratos o Bahréin, tienen relaciones diplomátic­as con Israel. Se suman a Jordania y Egipto, ambos vecinos del Estado judío. Biden busca que se sumen más naciones árabes, en especial Arabia Saudí, ahondando en un logro de la Administra­ción de Donald Trump. En esta reunión, sin embargo, no hubo ningún gran anuncio en ese sentido.

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// EFE Joe Biden, Bin Salman, el Rey jordano Abdalá II y el emir de Qatar

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