Te vas a enterar tú bien
Todo gobierno cambia su modelo de comunicación para que no se le entienda
E Lencargado del taller deja que el capó se cierre con suavidad de fábrica y armonía de serie. En el Spotify suena ‘La llama del amor’ de Omar Montes, que el mecánico canturrea mientras, también de memoria, hace diagnóstico y presupuesto. «Lo que le decía yo nada más verlo entrar: la correa de transmisión». «Cómo va ser la correa, si el coche es eléctrico, sostenible, progresista, digital y feminista», reacciona el cliente. «Todo lo que usted quiera, pero es la correa».
La descomposición de todo gobierno, al menos los últimos que hemos tenido en el taller, pasa por la fase indiciaria y a la postre terminal de la correa de transmisión, que en el motor de la política se conoce como comunicación. «No se explica suficiente (...) Necesitamos comunicar en lo que estamos (...) Hay un ruido ensordecedor», aclara el ministro Bolaños. La culpa debe de ser de Omar Montes, o de los poderes oscuros que conspiran con la prensa para derribar al Gobierno. Los medios cristalinos, que son mayoría, muestran sus vergüenzas. En el taller suena ahora ‘El ruido de fondo’ de Santiago Auserón.
A través de un falso examen de conciencia que apenas repara en la logística y la cáscara de la propaganda, cuando un Ejecutivo sin crédito reconoce que le falla la correa de transmisión –como es el caso del equipo de Sánchez– no hace sino minusvalorar a quienes supuestamente no están a la altura sensorial y cognitiva de sus mensajes, folletos cuyo premeditado simplismo, en cambio, no representa desafío intelectual alguno, ni siquiera para una sociedad que ese mismo Ejecutivo prefiere y cultiva iletrada. Cuando a un gobierno le llega la hora de confesar que le falta pedagogía –como es el caso– lo único que hace es asumir de forma implícita todo lo contrario: que resulta ya imposible sostener su embuste, que se entiende perfectamente todo lo que ha hecho, está haciendo o pretende hacer y que conviene darle una vuelta a su
EN OBSERVACIÓN
manera de vender la moto y la burra, la primera eléctrica y la segunda feminista, ambas progresistas y amarradas las dos con una correa de transmisión que no deja de dar problemas. De fondo se escucha ahora ‘Seré mecánico por ti’, de Kiko Veneno.
Si el recambio operado por el sanchismo responde, según el propio Bolaños, a la necesidad de modificar su modelo de comunicación, las piezas elegidas confirman que su intención no es otra que la de no hacerse entender, que es la mejor forma de transmitir lo inconfesable. Patxi López se va a encargar de explicar a los socios del PSOE y al público en general qué es una nación; en dos tardes, como la economía de Zapatero. Por su parte, María Jesús Montero va a aportar desde Ferraz su contrastada capacidad de síntesis dialéctica y claridad expositiva para que ni siquiera los barones socialistas, de momento atados a la correa, se enteren de la misa la media. Cuentan en los mentideros publicitarios que la ministra de Hacienda rechazó la oferta de Cruzcampo para protagonizar el anuncio –«¿Tú sabes por qué a mí se me entendió en todo el mundo? Por el acento. Y no solo me refiero a la forma de hablar»– que luego terminó por hacer una Lola Flores rediviva. María Jesús Montero, faraona, es única en hacer del revuelo el mensaje. De fondo se oyen ‘La Salvaora’ y un motor ahogado.