En verano los buenos hábitos alimenticios no deben irse de vacaciones
∑ Uno de cada cuatro niños y uno de cada tres adolescentes en España presentan exceso de peso, según la AEPap
Un helado de cucurucho por aquí, una bolsa de patatas fritas por allá... Con la llegada del calor y las vacaciones escolares, son muchas las familias que dejan un poco de lado los buenos hábitos alimenticios en verano, cuando también es posible convertir esta etapa en una «ventana de oportunidad». Esta es la propuesta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), desde donde recuerdan que en nuestro país el exceso de peso afecta a cuatro de cada diez niños y a un tercio de adolescentes, según datos del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil (2022-2030).
«Desde hace años en las consultas de pediatría estamos preocupados por la evolución de peso de los menores, un hecho que sin duda la pandemia ha venido a acentuar», advierte la pediatra Teresa Cenarro Guerrero, vicepresidenta de la AEPap y coordinadora de su grupo de Gastroenterología y Nutrición.
El problema, apunta el especialista en Endocrinología, Nutrición y Medicina Deportiva, el doctor Antonio Escribano, está en que «más de la mitad de los padres considera el exceso de peso de sus hijos como algo normal, lo que constata un problema que muchas veces es difícil de resolver porque se actúa tarde o no se toman las decisiones adecuadas por temor a incomodarlos». En este sentido, el doctor Escribano, también asesor de la Copa Covap (iniciativa para fomentar hábitos saludables y combatir la obesidad) recuerda que más que con la ausencia de actividad física, el sobrepeso guarda relación con la alimentación y, especialmente, con lo que se come y las cantidades.
Oportunidad
La propuesta de este experto pasa por aprovechar estos meses para llevar a cabo una dieta acorde con la época, «fresca e hidratante, en la que se trate de incrementar el consumo de frutas de temporada, quizás más atractivas para los pequeños, como son la sandía y el melón». Este doctor insiste también en que hay que recordar a los niños que deben «masticar bien los alimentos, unas veinte o veinticinco veces cada bocado, no engullir». En cuanto al orden de las comidas, añade Escribano, «lo ideal es que los menores tomen dos o tres piezas de fruta durante la mañana, hagan una comida al mediodía intensa y una cena ligera, acompañando todo esto de mucha agua para evitar la deshidratación en estos días de intenso calor».
La ventaja, puntualiza Teresa Cenarro Guerrero, «es que al compartir más tiempo juntos podemos cocinar y comer en familia. Y se ha demostrado que cuando los niños hacen las comidas diarias de forma habitual con sus padres mejoran los hábitos saludables. De hecho el verano puede ser un buen momento para “volver a intentar” retomar los buenos hábitos con los de mayor edad y con los adolescentes».