Vida al aire libre y salud de nuestros hijos en verano
Por muchas y diferentes circunstancias, es cada vez más habitual que los niños pasen menos tiempo realizando actividades y juegos al aire libre. Según estadísticas recientes, dedican a ello menos de una hora al día, como media. Esto produce muchos efectos negativos en su salud. De todos es conocido que esa vida más sedentaria, en la que el ejercicio físico es cada vez menos frecuente, hace que niños y adolescentes presenten cada vez mayor tendencia a la obesidad moderada o grave.
También se sabe, aunque es menos conocido, que cuando los niños llevan a cabo juegos y actividades al aire libre, la luz del sol estimula la liberación de dopamina en el organismo, la llamada “hormona de la felicidad” y el aumento de los niveles de dopamina en la retina tiene un efecto: bloquear el crecimiento (alargamiento) del ojo, que es el motivo más frecuente de la aparición de la miopía entre los más jóvenes. Así que no solamente el tener padres miopes hace que sea más probable que sus hijos también lo sean, sino que influyen otros muchos factores. Unos conocidos y controlables, otros no. Y tenemos a nuestro alcance el utilizar a nuestro favor un factor, cuyo beneficio conocido, tan solo requiere empezar a cambiar algunos hábitos.
Asegurarse de que nuestros hijos pasan menos tiempo sentados delante de las pantallas y más tiempo jugando fuera de casa, al aire libre y al sol, ayudará también a prevenir o a retrasar la aparición de la miopía. Puede que a lo mejor no evitemos que ocurra, al ser la aparición de la miopía multifactorial, pero sí podremos conseguir que lo haga más tarde y, cuando se estabilice, nuestro hijo tenga una miopía más leve. Esto es fundamental para que en el futuro disminuya la posibilidad de desarrollar patologías oculares, como la degeneración macular, el desprendimiento de retina o la aparición temprana de cataratas, que tienen mayor incidencia, sobre todo, en las personas con miopías elevadas.
Así que, ahora que tenemos por delante el verano, vamos a disfrutar con nuestros hijos de esas horas de sol, para aprovechar todos los efectos beneficiosos que nos puedan aportar.