Las empresas de mensajería esperan una contracción de los envíos por la inflación

Una campaña de Navidad muy diferente a la de años anteriores. Eso es lo que esperan las empresas de mensajería, que están percibiendo un frenazo en el auge de la demanda de comercio online. Una contracción que ya han empezado a notar esta semana con el Black Friday, que se saldará con miles de envíos menos que en años anteriores.

Lo prevé la Asociación Española de Empresas de Mensajería (AEM), que representa a más de 800 empresas de distribución. Esta patronal estima que el crecimiento previsto del volumen de ventas respecto a un día laborable estará alrededor de un 30%, mientras el de envíos de paquetería apenas lo hará un 8,5%.

¿La razón? Según el presidente de la AEM, Francisco Martínez, la vuelta a la normalidad en las tiendas físicas tras dos años de restricciones por el Covid-19 está propiciando que los españoles vuelvan a comprar en las tiendas. Pero como principal factor señala a la inflación, «que ha supuesto un aumento de costes para las principales empresas españolas del retail». Por lo que la campaña de ofertas ha sido mucho más discreta que otros años.

Como añadido a esta disminución de la actividad de la paquetería, desde las empresas de mensajería también señalan el cobro de envíos y devoluciones, que muchos negocios online han empezado a instaurar como medida de contingencia contra la escalada de costes. Como ya publicó este periódico, algunas de las principales operadoras del textil se han decantado por esta política, tan solo permitiendo que los retornos de los productos se efectúen de forma física.

Lo cierto es que esta disminución de la paquetería ya estaba prevista por el sector desde hace tiempo. A finales de octubre, la patronal de las empresas logísticas, UNO, ya anunciaba un descenso del 5,4% de los envíos durante el Black Friday y la campaña de Navidad en comparativa a 2021. Una diferencia de 6 millones de paquetes (106 millones en 2021 y 100 esperados para este año).

Ante la coyuntura inflacionista, los consumidores apuestan más por los productos de segunda mano o por comprar en aquellos comercios online que ofrezcan máxima flexibilidad para financiar las compras.