Vera Noor: «Busco que se me reconozca en la música»
▶ A sus 24 años, la sobrina de Esperanza Aguirre compatibiliza su carrera musical con su trabajo en una ONG
«Echo de menos a mi madrina Ouka Leele, sigue inspirándome mucho»
Verónica Vera Noor Aguirre de 24 años, sobrina de Esperanza Aguirre e hija de reconocidos artistas, se abre paso en el mundo de la música cantando indie alternativo. Empezó a cantar antes que hablar y confiesa ser una apasionada del arte. Hasta los diez años vivió en El Escorial donde acudía a un colegio conservatorio. Allí empezó tocando el chelo que abandonó cuando se mudó a la capital. Ahí terminó su formación musical: «Solo tocaba la flauta en el colegio como todos mis compañeros, pero he sido autodidacta aprendiendo sola a tocar la guitarra y el piano». Aunque ahora sí acude a clases de canto para mejorar su técnica. Lectora empedernida, optó por el bachillerato de letras, y asumió el reto de mudarse a Londres para estudiar Filología Clásica: «Me fui de España porque la carrera que quería estudiar estaba más desarrollada y era más común allí».
Durante su estancia en Londres se interesó por el teatro y acabó dirigiendo una obra. «Al final de mi carrera presenté una idea que fue elegida y así es como acabé dirigiendo mi obra interpretada por estudiantes pero que se representó en un buen teatro en Londres», recuerda Vera. Pero al final se sintió más atraída por la música y por un género alternativo con influencias de bossa-nova, boleros, blues y jazz. «Compongo yo las letras y la música. Quiero transmitir a la gente que me escucha, mis sentimientos en ese momento. Me parece el fin de todo esto, poder componer y que otra persona reciba lo que yo transmito», explica.
Faceta de diseñadora
En 2020 firmó su primer contrato discográfico con Virgin, sello musical que pertenece a la discográfica Universal Music. Hasta el momento ha sacado cinco singles y el próximo 2 de diciembre saldrá a la venta su primer EP, que incluye una recopilación de sus canciones con una más especial que podremos escuchar de cara a las navidades. Vera todavía no puede vivir de su música, así que lo compatibiliza trabajando por las mañanas en la ONG Junior Achievement, donde se encarga de hacer programas gratuitos para fomentar jóvenes emprendedores en los colegios. «Parece que siendo artista no puedes tener otro trabajo, es común que la gente piense que al no ganar todo tu dinero de la música no estás al mismo nivel de músico que los que sí viven de su profesión», reivindica. Al igual que sus padres piensa alcanzar su sueño: «Me han apoyado en todo, pero al ver sus dificultades me han ido dando advertencias con su ejemplo más que con sus palabras».
A corto plazo le gustaría poder tocar en algún festival o ser telonera en el concierto de alguna gran estrella: «Mi ambición es colaborar con artistas a los que admiro, más que llegar a números en Instagram o Spotify. Busco más el reconocimiento de la industria que el de mis propios fans».
Otra de sus facetas es la de diseñadora. Ella crea el vestuario para sus actuaciones y videoclips. «En el primer videoclip me hice a mano todos los trajes y en el segundo también, inspirado en épocas históricas». Echa de menos a su madrina fallecida hace unos meses, Ouka
Leele, la fotógrafa más importante de la movida madrileña, de donde saca mucha inspiración: «Me ha influido mucho, en la portada de mi EP en la que estoy agarrando una coliflor como si fuera un ramo de rosas blancas». También encuentra inspiración en su actual pareja que es uno de sus mayores apoyos y el sujeto de muchas de sus canciones: «Es una roca en este mar de emociones».