ABC (1ª Edición)

El autor de la pintura que Igualdad censuró por machista: «Es talibanism­o tonto»

▶ Josep Moscardó y el bodeguero del vino que ilustra defiende que «es arte»: «Volvemos a los 60»

- ISABEL JIMENO

«Volvemos a los años 60», cuando el bikini estaba prohibido, rememora con pena y lamento Josep Moscardó (Barcelona, 1953), incrédulo aún tras conocer que el Ministerio de Igualdad, a través del Instituto de las Mujeres, ha remitido una carta en la que insta a retirar «cualquier» contenido publicitar­io con una de sus obras. En la imagen, con trece años de existencia desde que la bodega berciana Encima Wines comenzó a usarla para uno de sus vinos, aparece «una mujer de espaldas con un bikini con corazones, destacando la parte baja de la espalda y los glúteos», frente a una playa. «La actividad de la bodega no justifica la cosificaci­ón femenina que emana del anuncio, presentand­o a la mujer como un objeto sexual», argumenta también el escrito de Igualdad en el que se insta a «retirar» esa publicidad en cualquiera de los soportes «y a no reiterarlo en el futuro».

La obra no es nueva. Desde 2009 recorre el mundo estampada en las botellas de ‘Divino corazón’ y desde hace cuatro años ilustra la valla publicitar­ia del negocio de Javier Álvarez en Molinaseca (León), en pleno Camino de Santiago, con miles de peregrinos y hasta ahora «ni una reclamació­n». Aún está en ‘shock’ tras recibir la petición de Igualdad, que justifica que han recibido «varias quejas» al respecto. «Si nos tienen que quitar la etiqueta, tienen que cerrar el Museo del Prado», señala el bodeguero. «Nos parece increíble que un ministerio pueda ver en un cuadro que lleva doce años en el mercado lo que dice que ven. Nos preocupa que vea sexualidad en una obra de arte», lamenta. «Estamos entrando en el talibanism­o más tonto», reflexiona también preocupado Josep Moscardó, que opina que «nadie se merece una opinión tan infantil». La incredulid­ad es tal que prefiere tomárselo con humor, intentar ver hasta «algo divertido» en una petición a la que no da crédito y confía en que no llegue a hacerse realidad. Y es que «si fuese más lejos, sería un problema de base, de que estamos haciendo una regresión brutal de los pensamient­os a través de la interpreta­ción de esta gente, que interpreta las cosas que no son la realidad».

El «peligro de volver atrás»

Para Moscardó y para el fundador de la bodega Almazcara Majara, por más que lo miran, ahí tienen una «obra de arte». «He hablado con mi mujer, con mis hijas, con amigos, y nadie ha encontrado lo que ve esta señora», reflexiona el pintor, quien considera el requerimie­nto de Igualdad «fuera de margen», a la vez que «peligroso» y amparado en una «incompresi­ble» explicació­n.

Es un «volver atrás», cuestiona el artista, quien recuerda que el desnudo es «natural». Él ha pintado muchos, también con trajes de baño, hombres y mujeres, en la playa de su querida Cadaqués, y «nunca, nunca» ni por la obra que ahora ha despertado la polémica, ni por otras ha recibido críticas similares. Lo que tiene claro es que «en absoluto» se va a ver influencia­do a futuro a la hora de expresar su arte por esta petición de Igualdad y si ayer hubiese tenido una camiseta con su cuadro estampado, se la hubiese puesto para salir a la calle.

«Me sorprende que no haya filtro para mesurar las cosas», afirma. «El ministerio tiene que tener un poco más de filtro porque quedan fatal», espeta Moscardó, que considera que si la petición de Igualdad pasa de las palabras a los hechos y la imagen cuestionad­a es retira hay que empezar a «preocupars­e».

Llama a darse una vuelta por los escaparate­s. «Imagínate las tiendas de lencería», ejemplific­a, a la vez que echa

un vistazo con su mente a las esculturas en la calle, en «tres dimensione­s» o a los museos.

Cree que la reclamació­n enviada desde el departamen­to de Irene Montero provoca «un daño tremendo a la causa». «Hace flaco favor a la igualdad», considera Álvarez, quien recuerda que otra etiqueta, en las que siempre tratan de mezclar «el mundo del vino y el arte», tiene el torso de un hombre sin camisa y con unas alas, y no ha sido censurada. «Todas» son pensadas «con muchísimo respeto», incide.

Alegacione­s

«Lo nuestro es hacer vino», recalca Javier Álvarez. Y rememora que la botella con la etiqueta de la polémica ha estado en numerosos eventos y viaja a los más diversos países. De hecho, es una de las estrellas de su bodega, que en estos más de doce años ha salido a Panamá, Brasil, Alemania, Países Bajos, Italia, México... Más de 20.000 botellas elaboradas y ni una queja.

En las redes sociales, desde ayer, sobre todo ha recibido mensajes de apoyo. Ellos alegarán a la petición del ministerio y, por el momento, tienen claro que si no les obligan, «no» piensan retirar la imagen. Responderá­n para que la petición no se haga realidad. «Quien vea lo que dice que ven es el que tiene el problema», subraya Javier Álvarez tras la carta del departamen­to gubernamen­tal.

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El cartel que Igualdad ha pedido retirar

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