ABC (1ª Edición)

«En España hay mucho gracioso fácil»

► El veterano técnico es un experto del fútbol en Qatar y Japón, donde ha entrenado los últimos seis años

- JOSÉ IGNACIO FERNÁNDEZ

Japón «Van a tener un plan B, C y D muy trabajados; te pueden cambiar de sistema cuatro veces en un mismo partido»

Miguel Ángel Lotina (65 años) decidió emigrar a destinos exóticos tras sus últimas experienci­as dolorosas en España. Ha entrenado los últimos cinco años en Japón (conoce bien al próximo rival de España) y algo más de un año en Qatar. Personaje idóneo esta semana, atiende a ABC en su Meñaca natal. —¿Cómo es Qatar?

—La afición de Qatar apenas sigue la liga local, siguen más la española. Cuando había clásico a mí me venían al entrenamie­nto algunos jugadores con camisetas del Madrid o del Barça. El día del partido en el que ascendimos no fue ningún aficionado nuestro al estadio. Y del rival llevaron gente pagándoles: les pagan dos dólares y los montan en un autobús con un bombo, unas banderas... Aquí es normal que la gente se vaya antes de que acabe el partido, es otro mundo. Son más de televisión, de ordenador, no de ver espectácul­os en directo. Los jugadores tampoco tienen cultura de fútbol. Les citaba a entrenar a las seis y aparecían a las seis y media o siete tan tranquilos.

—¿Cómo es la vida allí? ¿Están los derechos humanos tan limitados?

—Es lo que hay, viene por culpa de la religión. Todos los países árabes son así. También se ha hablado de que ha habido muchos muertos por exceso de trabajo. Es por el calor. Hay 42 grados en verano y 80% de humedad. Sales a la calle y te mareas. Trabajan en tres turnos de ocho horas y dan la opción de trabajar ocho horas, descansar otras ocho, y trabajar otras ocho y así tienen dos sueldos. 400 dólares si trabajaban 16 horas. Pero son extranjero­s que en su país cobraban 40 dólares al mes. Así que cuando mandan el dinero a sus países sus familias son ricas. Y son felices, no sienten que los están esclavizan­do, sino todo lo contrario. Eso me lo ha contado gente de Paquistán o de otros países. —Luego se fue a Japón y allí ha estado más de cinco años en cuatro equipos. —Con la edad que tenía me siento orgulloso de haber dado ese paso. Después muchos entrenador­es españoles me han llamado para ir allí. En ese momento estábamos Esnáider, Ricardo Rodríguez y yo. Pero es difícil entrar a Japón, los representa­ntes brasileños llevan muchos jugadores y entrenador­es y nos llevan ventaja. Ahí es todo relaciones. Pero el éxito de la selección española nos abrió muchas puertas.

—El idioma, complicado, ¿no?

—Yo fui a Japón con la idea de estar dos años. Y me dijeron que para dos años no merecía la pena intentar aprender el idioma. ¡Tenía hasta tres traductore­s! Uno para las ruedas de prensa, otro para el campo, otro inglés, otro brasileño... Tuve suerte de conocer a un japonés que vino a Barcelona a sacarse el carnet de entrenador, porque más importante que conocer bien el idioma es que sea alguien de fútbol, que conozca bien los conceptos del fútbol.

—¿Cómo es el fútbol en Japón?

—En aficionado­s es todo lo contrario que en Qatar. Al japonés le encanta ir al estadio, para ellos es una fiesta, no les gusta verlo por televisión. El primer deporte es el béisbol, pero hace dos o tres años por primera vez hubo más fichas de chicos de fútbol base que de béisbol. En España el fútbol base es mucho mejor que en Japón. Pero ellos trabajan mucho la técnica. Tú ves un entrenamie­nto de fútbol base y están todos los días una hora de reloj cada crío con una pelota haciendo técnica.

—¿Cómo fue entrenar a Iniesta? —Tenía pensado tomarme un descanso, pero cuando me llamó el Vissel Kobe, aunque la situación no era buena, para mí entrenar a Andrés... siempre lo he admirado. Es un tío que sigue teniendo mucha pasión por el fútbol, le encanta. Pero se fue Vermaelen y se lesionó Samper, e Iniesta fue el más perjudicad­o, sufría mucho con el ida y vuelta.

—Y la selección de Japón, ¿con qué tiene que tener cuidado España? —Ellos son muy estudiosos del rival, van a estar preparados para todo. Van a tener un plan B, C y D muy trabajados. Te pueden cambiar de sistema tres o cuatro veces en un mismo partido. Ellos habrán estudiado a España y tendrán muy claro cómo hacerle daño. Otra cosa es que lo consigan.

—¿Qué opina de Luis Enrique?

—Yo creo que quiere quitar presión a sus futbolista­s. No sé si es la estrella, pero después de ver a todas las seleccione­s creo que es el entrenador con las ideas más claras o el que ha conseguido plasmar mejor su idea. Segurament­e

Su generación «Le dimos un pequeño vuelco al fútbol, mejoramos cosas»

no tenga los mejores jugadores, el mejor once, pero por concepto muchos pensamos que España es la mejor. —Pero Alemania le empató.

—Son alemanes... Valdano decía que el fútbol es un estado mental, emocional. Costa Rica contra España parecía una cuadrilla, y luego han ganado a Japón. Estaban tan dolidos con el 7-0... si hubiera perdido contra España 1-0, estoy convencido de que contra Japón habría perdido. Y Alemania se jugaba mucho, pero como concepto de equipo a mí me gustó mucho más España.

—Ahora se ha hecho ‘streamer’. ¿Se imagina usted de ‘streamer’?

—No lo he visto, pero mis amigos me dicen que lo hace muy bien, interesant­e. Yo no lo haría, me costaría mucho. Pero el fútbol tiene que evoluciona­r y en las ruedas de prensa el entrenador debería estar con una pizarra y explicar sus planteamie­ntos. Más didáctico, no criticar y reducirlo a si ha ganado está todo bien y si ha perdido está mal.

—En España algunos le ponían a usted la etiqueta de soso.

—Yo me miro al espejo y tengo cara de soso, eso no me lo puedo quitar. Pero a mí no me gusta el barro, y otros entrenador­es disfrutan entrando al trapo. A mí me gusta explicar las cosas, aunque a veces no me gusten. Pero el barro no me ha gustado nunca.

—Otra etiqueta que tiene es la de desciende-equipos. Cinco suma.

—Nunca he entrenado un Atlético, un Valencia, un Sevilla... y he jugado tres UEFAS. Hay entrenador­es con 400 partidos

y no han entrenado ni una UEFA. He metido al Celta en Champions. He tenido cosas buenas. Pero no estoy para sacar pecho, ni para llorar los fracasos. La vida es así. Cuando llegué a Japón me dijeron que allí se valoraba mucho que un gestor hubiera tenido tanto éxitos como fracasos, y que por eso les gustaba mi historial, porque de eso se sacan muchas conclusion­es.

—¿Y qué le parecen los chistes que hacen con usted? «Déjenme al coronaviru­s que yo lo bajo...»

—En España hay mucho gracioso fácil. Ser gracioso es fácil, pero ser gracioso con gracia no es fácil. Esos chistes fáciles no les hago caso, es demasiado sencillo hacer una broma con eso. —Usted fue entrenador de moda, pero tras los descensos con Dépor y Villarreal no ha dirigido en España... Manzano contó que él aquí estaba ya «muy visto» y que por eso salió. —Yo sentí lo mismo que Manzano. Tras el descenso con el Villarreal dije: fuera. Y le dije a mi representa­nte que no quería que hablara con ningún equipo en España, absolutame­nte con nadie. Cuando salió mi generación, Manzano, Mané, Juande, Caparrós, yo... creo que dimos un pequeño vuelco al fútbol, mejoramos cosas.

—¿Volverá a entrenar en España? —Lo lógico, si sigo, que no lo tengo tampoco claro porque tengo 65 años, sería volver a Japón. En España tuve tres ofertas hace años, pero dije que no. Ahora es difícil, hay mucho entrenador joven.

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// PANKRA NIETO Miguel Ángel Lotina, en su casa de Meñaka

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