En invierno también se combate
Las operaciones tienden a ralentizarse, pero se sigue combatiendo en el Donbass (Svatove, Kreminna, Bajmut) sin que, de ello, se deriven modificaciones sustantivas en los frentes. La noticia de una pretendida cabeza de puente ucraniana en la ribera oriental de la desembocadura del Dniéper, en la península de Kinburn, no parece muy creíble. Esa afilada lengua de tierra, de 30 kilómetros de largo y formando un estuario de 12 kilómetros de ancho (a salvar por el flujo logístico), es una zona de playas arenosas, tierras de cultivos y bosques pantanosos sobre los que, en principio, sería difícil instalarse sólidamente, más allá de acciones de reconocimiento de fuerzas especiales. El relato, más que una realidad de valor operativo, parece un cebo propagandístico para instar al bando ruso a fijar allí tropas y abrir huecos en su despliegue. La hipótesis más peligrosa para Moscú, durante el invierno, sería una ofensiva ucraniana desde Zaporiyia hacia Melitópol para intentar partir en dos la franja de terreno ruso al norte del mar de Azov, que dejaría a Crimea dependiente de las mermadas capacidades logísticas del deteriorado puente de Kerch.
Persiste, y seguramente proseguirá en invierno, la ola de bombardeos rusos contra instalaciones energéticas e infraestructuras en Ucrania. Últimamente se han castigado especialmente las zonas del codo del Dniéper, Odesa, Krivoi Rog y Mikolaiv, donde parecen estar deshabilitados los suministros de agua potable y electricidad. Proliferan, asimismo, similares restricciones en muchas ciudades por toda Ucrania.
Hay noticias de ataques ucranianos, al parecer con drones, contra tres aeropuertos/bases aéreas rusos: Kursk, antiguo aeropuerto convertido en base aérea, a solo 90 kilómetros de la frontera ucraniana; Dyagilevo (provincia de Riazán), a solo 190 kilómetros sureste de Moscú y 400 kilómetros de la frontera ucraniana; y Engels (provincia de Sarátov), a 500 kilómetros de la frontera ucraniana sin que, al parecer, se hayan derivado en destrucciones o pérdidas mayores rusas. En todo caso, tales acciones señalan la intención de Kiev de mantener, en invierno, un momento de combate que permita, por un lado, galvanizar a sus tropas y, por el otro, evitar que se relaje el vital flujo de ayuda occidental a Ucrania