Europa veta la importación de productos que causen deforestación
▶ Las empresas no podrán vender café o cacao si su producción ha destruido bosques
Bruselas da un paso más para tener productos «libres de deforestación» en la Unión Europea. El Parlamento Europeo adoptó ayer un acuerdo preliminar sobre una nueva ley que vete las importaciones de ganado, cacao, el café, aceite de palma, soja y madera, así como sus derivados como el cuero, el chocolate o muebles, si proceden de zonas que antes eran bosque y se hayan destruido para obtener estos productos, un problema que normalmente afecta a países como Brasil, Indonesia, Argentina o Paraguay.
Además de estos productos, que son los que se habían planteado en la propuesta inicial que la Comisión Europea presentó en noviembre de 2021, los eurodiputados añadieron finalmente otros como el caucho, el carbón vegetal, los productos de papel impreso y una serie de derivados del aceite de palma.
El texto deja la responsabilidad a las empresas, que deberán presentar una declaración de «diligencia debida» sobre que los productos que comercializan en la UE no han sido obtenidos causando deforestación y degradación forestal en ninguna parte del mundo después del 21 de diciembre de 2020.
Sin embargo, no implica que vaya a desaparecer el café de Colombia o el chocolate de Costa de Marfil. No habrá prohibición de ningún país ni de ningún producto básico, aunque en la práctica las empresas no podrán vender los productos sin esa declaración. Además, deberán verificar que se cumple la legislación del país de producción, incluida aquella referida a los derechos humanos «y que se hayan respetado los derechos de los pueblos indígenas interesados», explicó ayer el Parlamento Europeo mediante un comunicado.
También se apuesta por «una definición más amplia» de degradación forestal que incluye la conversión de bosques primarios o bosques que se regeneran naturalmente en plantaciones forestales u otras tierras boscosas
Las compañías también deberán verificar que la producción de los bienes que vendan respete los derechos humanos
y la conversión de bosques primarios en bosques plantados.
La Comisión establece plazos de actuación en el seguimiento de la norma. Así, en un máximo de un año tras su entrada en vigor, estudiará si amplía el ámbito de aplicación a otras tierras boscosas. A los dos años, analizará extender el alcance a otros ecosistemas, incluidas las tierras con altas reservas de carbono y con un alto valor de biodiversidad, así como a otras materias primas. Pero además plantea que en algún momento se pueda obligar a las instituciones financieras a que solo den servicio a sus clientes cuando consideren que el riesgo de que sus servicios provoquen deforestación sea prácticamente inexistente. Multa a las empresas
Las autoridades competentes podrán acceder a la información relevante que proporcionen las empresas, como las coordenadas de geolocalización para realizar controles mediante, por ejemplo, herramientas de monitoreo satelital y análisis de ADN para verificar de dónde provienen los productos. La Comisión clasificará a los países en riesgo bajo, estándar o alto. El incumplimiento podría acarrear multas de hasta el 4% del volumen de negocio que tenga la empresa en el país miembro donde se detecte.
El objetivo es reducir la contribución de la Unión Europea al cambio climático y a la pérdida de diversidad a nivel mundial. En los últimos 30 años el mundo ha perdido 420 millones de hectáreas de bosque, una superficie mayor que la Unión Europea, impulsada por el comercio internacional de productos agrícolas y ganaderos. Según cálculos de WWF, el consumo de la UE fue el responsable del 16% de la deforestación en 2017, con 203.000 hectáreas. Esto la coloca por detrás de China, pero por delante de India, EE.UU. y Japón.