«El Domund cambia el mundo»
El primer pregón del Domund tras la muerte de Anastasio Gil estuvo a cargo de la periodista Cristina López Schlichting, que hizo una semblanza agradecida del último director nacional de Obras Misionales Pontificias, fallecido el 7 de septiembre. «Anastasio ha dado todas sus energías por los misioneros. Tuvo mil funciones organizativas, pero hizo dos cosas excepcionalmente. La primera, venerar con un respeto absoluto cada céntimo que entraba para las misiones, ahorrando hasta la extenuación. Y, segunda, darnos sin tregua la lata a los periodistas para hacer visibles a los misioneros en los medios», dijo la presentadora radiofónica la semana pasada en la catedral de Valladolid. Durante su intervención, López Schlichting recordó a varios misioneros españoles que encontraron la muerte en la misión, y declaró que «los misioneros no son gente ingenua, pobres palurdos de épocas pasadas. Tampoco son filántropos, u hombres y mujeres que luchan simplemente por la justicia universal, cosa que también hacen. No, el suyo es un testimonio revolucionario de la verdad. Son seres humanos que van hasta el fondo de sí mismos y regresan con una mirada enamorada que les hace reconocer la dignidad de los otros. Entregan todo porque reciben todo. Existen para restablecer la estatura del ser humano. También la nuestra. El Domund cambia el mundo, yo lo he visto».