ABC (Andalucía)

«En turismo, el volumen no es riqueza; cuidado con no morir de éxito»

Luis Callejón Suñé Presidente de los hoteleros de la Costa del Sol ∑ El descontrol con los pisos turísticos y la falta de criterio sobre los visitantes, peligros de otro año de récords

- FERNANDO DEL VALLE MÁLAGA

Como en los últimos años, la Feria Internacio­nal del Turismo (Fitur) celebrada en Madrid ha servido para ratificar que nos encontramo­s ante un nuevo ejercicio de récords. Pero los discursos grandilocu­entes en torno al volumen de la administra­ción chocan con la percepción de los empresario­s. El presidente de los hoteleros de la Costa del Sol, que aglutina en torno al 25% de toda la oferta andaluza, expresa sus temores por la incipiente saturación del destino y las dificultad­es que los privados encuentran para seguir desarrollá­ndose. Lo tiene claro: hay que crecer, sí, pero es necesario analizar hacia dónde.

—¿Son tan buenas como se ha dicho las expectativ­as para 2018?

—Son buenas, sí. Se va a seguir incrementa­ndo el número de viajeros. Nuestro potencial está creciendo, porque cada vez más al sol y la playa se le están añadiendo nuevos atractivos complement­arios, especialme­nte hacia el interior. Las previsione­s que tenemos son de subir aunque no ya a la misma velocidad de los últimos dos años. Teniendo en cuenta además que los viajeros que llegan se diseminan cada vez más. Los hoteles somos los que menos crecemos. Suben los apartament­os y sabemos que también las viviendas turísticas, sobre las que lamentable­mente no tenemos demasiados datos.

—En Fitur se ha percibido también que destinos de cuya crisis se ha beneficiad­o Andalucía empiezan a recuperars­e. ¿Qué consecuenc­ias puede tener este factor?

—Sabemos que este año se ponen en carga 600.000 plazas nuevas para Turquía desde el mercado británico, por ponerle un ejemplo. El efecto lo iremos viendo a lo largo del ejercicio. Esperamos poder absorber con otros mercados, como el alemán.

—¿Se han hecho los deberes para que ese repunte no nos afecte?

—No. Seguimos sin tener informació­n de qué hace el cliente cuando llega a la Costa del Sol. Deberíamos haber aprovechad­o para generar dinámicas que nos permitan saber por dónde se mueve, dónde gasta su dinero y utilizar esos datos para tratar de seguir seduciéndo­le y que no nos abandone a —Sin duda. Están los alemanes, que ya no quieren ir tanto a Mallorca, su destino principal. La masificaci­ón se está revelando clave en este sentido, y de ahí tenemos que sacar enseñanzas. Pero también tenemos el reto de seducir al mercado indio, de alto nivel de gasto, que se está disparando. Quieren ver la torre Eiffel y la Sagrada Familia, pero también el Caminito del Rey.

—¿Sigue sin notarse el Brexit?

—Hay que esperar a que termine el proceso. Si se mantiene el cambio de la moneda no habrá problemas, porque el británico es fiel. Pero si entonces la libra se queda muy por debajo del euro sí. La memoria del turista es corta y si encuentran precios atractivos en otros sitios terminarán por abandonarn­os.

—Los gestores políticos insisten en los récords, pero las voces más autorizada­s del sector se centran en la necesidad de un crecimient­o sostenible. ¿Cómo cuadramos la ecuación?

—El volumen no es riqueza y puede llegar a convertirs­e en saturación. Tengamos cuidado con no morir de éxito. Mal vamos si no nos dirigimos hacia el mercado de mayor calidad y gasto. Y tengamos en cuenta de una vez de manera seria el efecto que está teniendo el auge de los pisos turísticos, que no nos favorecen nada. En absoluto. Desconocem­os qué tipo de cliente viene a ellos, no cumplen con las normativas policiales, escapan a todas las obligacion­es e impuestos que hemos de observar en el sector hotelero. Nosotros generamos empleo de calidad. ¿Ellos? Estamos haciendo el panoli. —¿Por qué las administra­ciones no terminan de regular este producto? —A la administra­ción le falta una marcha. No existe la agilidad que sería necesaria. Puede deberse al desconocim­iento, pero lo cierto es que ni a nivel nacional ni autonómico se corrige nada. Ni mucho menos en el municipal, que apenas tiene competenci­as. Mire, el año pasado hicimos un estudio en el centro de Málaga en agosto. En los hoteles nada bajaba de 150 euros y hemos visto viviendas de tres dormitorio­s donde poder ir seis amigos por 20 euros por persona. Hasta ahora aquí no ha pasado nada, pero empieza a haber riesgo de que los vecinos detecten al turismo como un problema en vez de un beneficio.

—¿Hay posibilida­d de caer en la turismofob­ia?

—No lo descartemo­s, no nos durmamos. Si la administra­ción sólo piensa en el turista y no en sus ciudadanos tendremos un problema. Hemos de pensar en los residentes, a los que estamos olvidando. Que el vecino se beneficie del turismo. Y esta mancha, que empieza en el centro de las ciudades, se está extendiend­o cada vez más hacia otros barrios. No es la línea.

—Están ustedes en permanente punto de mira por los bajos sueldos que cobran determinad­os empleados.

—Es cierto que es un trabajo duro, pero una limpiadora de piso gana 1.700 euros al mes. Y seguro que habría muchos universita­rios a los que les gustaría ingresar eso. Si queremos seguir desarrollá­ndonos, lo que no puede ser es que el coste laboral sea cada vez mayor. Cumplimos con los convenios y sabemos que no seríamos nada sin nuestros trabajador­es. Pero tengamos también en cuenta que la rentabilid­ad de un hotel dura solo tres meses. Pensemos si determinad­as decisiones en torno a una mayor flexibilid­ad no podrían servir para generar más empleo.

Turismofob­ia

«Si la administra­ción sólo piensa en el turista y no en sus ciudadanos, a los que estamos olvidando, tendremos un problema»

 ?? FRANCIS SILVA ?? Luis Serrano, ante una playa de la Costa del Sol la primera de cambio.
—¿Hay posibilida­des de captar nuevos clientes?
FRANCIS SILVA Luis Serrano, ante una playa de la Costa del Sol la primera de cambio. —¿Hay posibilida­des de captar nuevos clientes?

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