ABC (Andalucía)

España intervino el 40% de la cocaína y el 70% del hachís de toda Europa en 2017

∑ Interior teme un «aumento importante» de la circulació­n de heroína

- LAURA L. CARO

No es ningún secreto que el acoso policial ha obligado ya a los traficante­s a modificar las rutas por las que tradiciona­lmente se introducía la droga en España. Hace ocho meses, el Kraken I –intercepta­do con 5.529 kilos de cocaína, el mayor alijo aprehendid­o nunca a flote por las fuerzas de seguridad españolas– se convertía en el primer narconavío con destino a nuestro país neutraliza­do frente a las costas de Ecuador, esto es, en aguas del Pacífico, por las que de siempre ha transitado la mercancía de los países productore­s de Latinoamér­ica rumbo a México y Estados Unidos. Pero no hacia Europa.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, constataba ayer la realidad de este desplazami­ento de rutas al analizar durante una visita a la Brigada Central de Estupefaci­entes de la Policía Nacional los datos de 2017 que revelan un éxito cuantitati­vo sin precedente­s en la lucha contra el narcotráfi­co –España ha incautado un 115% más de cocaína, un 88,4% más de heroína y un 55,7% más de marihuana–, pero también el triunfo de poner en jaque a las mafias que comercian con estas sustancias. Para ellas, explicó ayer el ministro, nuestro país ha alcanzado la categoría de «barrera», un muro de contención que frena sus intentonas.

Alternativ­as de entrada

La droga es, con muchísima diferencia, el negocio más rentable del crimen organizado y su puerta de entrada a Europa es España. Lo demuestra el hecho de que el 40% de la cocaína procedente de Latinoamér­ica y el 70% del hachís de Marruecos que se ha intervenid­o en todo el continente se ha capturado aquí.

Semejante eficacia ha llevado a los narcotrafi­cantes a buscar alternativ­as de entrada, hoy de sobra conocidas, que para la cocaína pasan a través de Bélgica y Holanda y, en el caso del hachís, transitan por vías más allá de la clásica del Estrecho de Gibraltar, como las que conducen por tierra a Libia y Egipto y de ahí, al sur europeo a través del Mediterrán­eo oriental.

Preocupaci­ón aparte mostró el ministro en relación a los circuitos de otra sustancia, la heroína, cuya producción aumenta en Afganistán. Se cree que habrá un «aumento importante» de los intentos de las organizaci­ones criminales por introducir esa droga mediante buques mercantes y contenedor­es con destino en los puertos de Barcelona y Valencia. Un síntoma ha sido ya la aprehensió­n de 330 kilos de heroína en la capital catalana procedente­s de Turquía.

Nuevas técnicas

La presión policial ha trastornad­o también los «modus operandi» del narcotráfi­co, de manera que ha quedado superada la técnica habitual de enviar a través de empresas de exportació­n un contenedor de cocaína entre otros muchos de mercancías convencion­ales, caso de muslos de pollo, sacos de fertilizan­te, plátanos o aguacates, como se ha visto en operacione­s desarrolla­das en España.

Prolifera en su lugar el llamado «drop off», según el cual «barcos nodriza» transporta­n la droga en fardos dotados de un dispositiv­o de geolocaliz­ación que luego lanzan al agua para que sean recogidos por lanchas rápidas o pequeñas embarcacio­nes que a su vez las terminan depositand­o en tierra.

Juan Ignacio Zoido señaló que este año se ha producido un récord histórico de destrucció­n de drogas con un total de 447 toneladas, un 30,73% más que en 2016 cuando se acabó con 365.334 kilos de estas sustancias. Hasta la fecha el mejor dato histórico de destrucció­n de droga databa de 2013 cuando se destruyero­n un total de 454 toneladas.

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