Nadie ordenó parar el tren que pudo matar a la pequeña Lucía
Los padres de la pequeña Lucía Vivar, la niña de tres años que murió el año pasado en la localidad malagueña de Pizarra golpeada por un tren, han mantenido durante todos estos meses que a su pequeña se la llevaron. Pero la investigación judicial que se lleva a cabo por el terrible suceso avanza y, al margen de no encontrar por ahora otras hipótesis diferentes a la oficial que expliquen su muerte, parece centrarse en las causas que originaron el fatal desenlace.
El ente administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) ha confirmado en un informe entregado al juez que no recibió petición de suspender el tráfico ferroviario en el trayecto entre las localidades malagueñas de Álora y Pizarra a raíz de la desaparición de la pequeña.
Según ese escrito, a las 00.09 de aquel fatídico 27 de julio del año pasado, el Centro de Protección y Seguridad de Adif de Sevilla, interlocutor con la Guardia Civil de la que recibía la información, solicita el paso con precaución por las vías de la estación de Pizarra por la existencia de personas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado buscando a una menor de tres años, pero «en ningún momento se refirieron al trayecto entre Pizarra y Álora».
«Marcha a la vista»
Así las cosas, dieron instrucciones de «marcha a la vista» al paso por dicha instalación, lo que obliga al maquinista a regular la velocidad de acuerdo con la longitud de vía que se visualiza por delante para que pueda tener el tren ante cualquier obstáculo. Incluso desde el Centro de Protección y Seguridad de Adif se indica al responsable de Circulación que «se va a recabar información de la Guardia Civil para saber si se necesita interrumpir el tráfico y durante cuánto tiempo».
La Guardia Civil, en un informe ampliatorio para contestar cuestiones solicitadas por el juzgado, también indica que «no se entendió oportuna la paralización total del tráfico ferroviario» sino que «se contextualizó el área de búsqueda en un entorno eminentemente cercano cuyo radio de acción, más si cabe en zonas visibles como lo eran las vías férreas, excluía la presencia de la menor en las mismas por la intensa búsqueda desplegada desde su pérdida». Según la investigación, fue precisamente el primer tren de la mañana el que mató a Lucía, que se había quedado dormida acurrucada entre las vías.