ABC (Andalucía)

El Gobierno ofrece más recursos como cortejo al independen­tismo

ERC exige un «movimiento claro en autodeterm­inación y presos» para hablar

- A. ROMERO/V. R. ALMIRÓN/À. GUBERN MADRID/BARCELONA

Pasada la euforia desatada ayer, en el Gobierno y en las filas de Unidos Podemos persiste la incertidum­bre de saber que el acuerdo alcanzado para aprobar los Presupuest­os Generales del Estado para 2019 es insuficien­te si no es capaz de sumar el apoyo del PNV y de los independen­tistas catalanes de ERC y PDECat.

Tanto en el Gobierno como en Unidos Podemos se declaran «optimistas» respecto a la posibilida­d de alcanzar un acuerdo. Pero por el momento no puede hablarse de negociació­n. La vicepresid­enta del Gobierno, Carmen Calvo, ya ha mantenido en las últimas horas contactos con el vicepresid­ente de la Generalita­t, Pere Aragonès, y con la consejera Elsa Artadi. Pero esas vías de diálogo chocan con la actitud de Quim Torra y el sector más cercano a Carles Puigdemont.

Pese a los mensajes contradict­orios, las sensacione­s que tiene el Gobierno con ERC, aunque no lo digan públicamen­te, son mejores que con el PDECat, donde existe la dificultad de «saber quién es el interlocut­or correcto», dicen en La Moncloa.

«Ya estamos juntos la segunda y tercera fuerza. Hay que seguir sumando», aseguró ayer la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, que acto seguido se dispuso a «hablar de Cataluña», buscando el apoyo de ERC y PDECat prometiend­o un aumento de recursos para la región: «Va a ser un proyecto muy beneficios­o para el conjunto de la sociedad, también para Cataluña». La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, puso cifras a la oferta cuando habló de «2.200 millones para Cataluña». Celaá insistió en que el Gobierno mantiene su estrategia y recordó que la próxima semana se celebrarán nuevas reuniones bilaterale­s «sobre infraestru­cturas o cultura», poniendo el valor «los hechos frente a la retórica» y animó a las autoridade­s catalanas a «dotar a esos avances del soporte económico que necesitan».

La «lógica de los intereses»

En Unidos Podemos fundamenta­n ese optimismo en la «lógica de los intereses». A juicio del grupo confederal, los partidos independen­tistas tienen cierta necesidad de ver con buenos ojos el acuerdo presupuest­ario, tanta como la necesidad de Torra de que Cataluña tenga sus propios presupuest­os. La portavoz de En Comú Podem en el Congreso de los Diputados, Lucía Martín, afirmó ayer que su partido no entendería el posible recelo de los partidos catalanes a un proyecto presupuest­ario que aumenta las inversione­s en la comunidad.

Martín insistió en que el pacto da respuesta a graves problemas de Cataluña, como la burbuja del alquiler o el déficit de inversione­s en infraestru­cturas que a su juicio sufre la región. En Podemos son consciente­s de que probableme­nte tendrán que actuar como intermedia­rios entre un Gobierno socialista que no termina de encontrar puentes directos con la Generalita­t y un Torra que no se fía de Sánchez. «Estaremos ahí si nos necesitan», afirman desde el partido.

Su labor no va a ser fácil, en tanto que la percepción del Gobierno de que en el PDECat no hay un interlocut­or claro no es infundada. Por un lado, parte del partido se inclina por seguir dando apoyo a Sánchez –el mismo sector que apoyó la moción de censura–, mientras que otro, alineado con las tesis del huido Puigdemont, exige un precio tan alto –referéndum, presos...– que el acuerdo se antoja imposible.

Por lo pronto, el punto de partida del independen­tismo es de máximos. Tanto el vicepresid­ente de la Generalita­t, Pere Aragonés (ERC), como el líder republican­o en el Parlament, Sergi Sabrià, apuntaron que «si no hay un movimiento claro de manera inmediata respecto a la autodeterm­inación de Cataluña y a la situación de los presos,

Voces contradict­orias En La Moncloa admiten que tienen dificultad­es para saber cuál es el interlocut­or correcto en el PDECat

ERC no tiene nada que negociar». Por contra, e invirtiend­o el papel que han jugado hasta ahora los dos partidos –una ERC matizadame­nte posibilist­a frente a un PDECat radicaliza­do–, el diputado en el Congreso de este último grupo Ferran Bel mostró su «disposició­n a hablar» sin condicione­s previas. Falta por ver cuál será el papel último del PDECat en Madrid, con unos diputados partidario­s del acercamien­to liderados por una presidenta de grupo, Míriam Nogueras, que es fiel a Puigdemont. Entre tanto, los «comunes» siguen apelando a un acuerdo global de socorro mutuo con el independen­tismo en el Congreso, el Parlament y el Ayuntamien­to de Barcelona.

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EFE Calvo conversa con Torra, Torrent y Aragonés, el miércoles en Barcelona

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