PSOE y Podemos disparan el gasto en 6.000 millones en plena desaceleración
El Ejecutivo garantiza que las cuentas cumplen con la senda de consolidación fiscal comprometida
Las opciones de Pedro Sánchez de agotar la legislatura pasan por sacar adelante sus propios Presupuestos, y para conseguirlo necesitaba el apoyo de Unidos Podemos. En esa tesitura, el Ejecutivo socialista ha cedido ante algunas de las grandes exigencias del partido liderado por Pablo Iglesias y ha comprometido un aumento del gasto público de unos 6.000 millones de euros en las distintas medidas que contempla el acuerdo sobre las cuentas para 2019 entre ambas formaciones. Lo ha hecho cuando la economía española, pese a mantener un fuerte impulso, se ha adentrado ya de lleno en una fase de desaceleración.
El crecimiento de la economía española se ralentizó en el segundo trimestre al 0,6%, su ritmo más bajo en cuatro años. Además, el Banco de España y el FMI, entre otros organismos, hablan sin paliativos de desaceleración y han rebajado las previsiones de PIB y empleo del país, pero también alertan del incumplimiento de las metas de déficit público y, por tanto, de los compromisos con Bruselas.
El Ejecutivo se movía entre contentar a sus socios políticos y cumplir con las reglas de disciplina fiscal europeas. No parece casual que ayer tanto la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recalcasen en varias ocasiones que estas cuentas cumplirán con ambas partes. «Cumple con el compromiso con ciudadanos y con los socios europeos y la consolidación fiscal», insistió Montero.
El apoyo de Podemos supone una buena factura. Aunque Celaá aseguró que las medidas del pacto forman parte de los programas tanto del PSOE como de Podemos, algunas llevan el sello inequívoco de la formación moderada: por ejemplo, el incremento del salario mínimo hasta 900 euros, el control de los precios del alquiler y la recuperación del subsidio para parados de más de 52 años de edad.
A ello hay que sumar un incremento notable del gasto en pensiones, que supone al menos una tercera parte del mayor gasto anunciado: solo el año que viene esa partida aumentará en 2.000 millones, cifra que además se consolidará en los próximos ejercicios.
Como fuere, el sí de los 67 diputados de Podemos a las cuentas no ga-
PABLO CASADO PRESIDENTE DEL PP «Son unas cuentas «suicidas, supone seguir gastando por encima de las posibilidades de los españoles, y no se amortiza déficit público».
ALBERT RIVERA PRESIDENTE DE CIUDADANOS «Sánchez-Iglesias pactan subir los impuestos a la clase media trabajadora y disparar otra vez el gasto. Es un error podemizar la economía».
JUAN ROSELL PRESIDENTE DE CEOE «La política presupuestaria y fiscal pactada no permitirá consolidar el ciclo económico expansivo de la economía española».
PEPE ÁLVAREZ SECRETARIO GENERAL DE UGT El líder de UGT aplaudió el pacto y afirmó que «es muy importante que finalmente se empiecen a situar las bases para repartir la riqueza».
rantiza que el PSOE, con 84 diputados, las apruebe. Por eso, y ante la previsible oposición de los 166 escaños de PP y Ciudadanos, el Gobierno requiere el voto favorable de los nacionalistas vascos y los secesionistas catalanes. No es descartable que para conseguirlo, el Ejecutivo tenga que hacer nuevos guiños en forma de más gasto.
Es llamativo que en toda esa batería de medidas de más gasto apenas haya partidas para fomentar la actividad económica y la inversión. Más aún, el acuerdo incluye un «impuestazo» para financiar ese gasto social que recae, en buena medida, sobre la gran empresa y, por tanto, sobre la actividad.
En concreto, se fijará un tipo mínimo de Sociedades para grandes empresas del 15% en general y del 18% para banca y petroleras; un gravamen del 15% a los beneficios no distribuidos de las socimis, y nuevas tasas a las transacciones financieras y la economía digital. Además se subirá el IRPF a las rentas superiores a 130.000 euros y a las plusvalías del ahorro superiores a 140.000 y el impuesto del Patrimonio a fortunas de más de 10 millones.
La gran duda ante las insuficientes cifras ofrecidas ayer por Hacienda, que apenas detalló el coste de cada partida nueva de gasto ni cuánto aumentará la recaudación por cada medida fiscal, es si la mayor recaudación esperada (5.678 millones en impuestos y lucha contra el fraude) será suficiente para cubrir ese gasto. Ese detalle deberá incluirse en el plan presupuestario que el Ejecutivo enviará el próximo lunes a la Comisión Europea, que debe dar su visto bueno a las cuentas.
Cumplimiento del déficit
El Gobierno ya ha comunicado al Ejecutivo comunitario que tanto este año como el próximo incumplirá en cinco décimas las metas de déficit que había pactado el Gobierno Rajoy, al considerarlas inalcanzables. Y aunque los socialistas tratan de hacer ver que Bruselas se las ha autorizado, las nuevas metas del 2,7% del PIB en 2018 y del 1,8% en 2019, la CE sigue exigiendo, sobre el papel, reducirlo al 2,2% y al 1,3% del PIB.
Bruselas admite eso sí que el déficit cerrará el año más cerca del 2,7%. Además, ahora no le preocupa tanto que se cumplan a la décima esos objetivos como que se reduzca el déficit estructural. En todo caso, España es ya el único país de la Eurozona que aún tiene un déficit superior al 3% del PIB y, por tanto, el único que sigue bajo el Procedimiento de Déficit Excesivo. Además, la deuda sigue rozando el cien por cien del PIB.
LORENZO AMOR PRESIDENTE DE ATA «Nos tienen como un cajero automático al que se acude para sacar dinero cuando les viene bien gastar para sus estrategias políticas».